Él conoce los secretos de los zapatos de los diputados y nadie le echa cuento, pero se considera discreto en esa materia. Luego de abandonar su puesto de "bolero" en El Cruce de Calidonia, Héctor Blake, aceptó la invitación que le hizo un funcionario de protocolo de la Asamblea Nacional para acercarse a limpiar los zapatos de los diputados, que en aquel entonces se les llamaba legisladores.

Sentado en el área de los estacionamientos de visitantes, bajo la sombra de una palma y un corotú, Blake confesó a DIAaDIA que desde 1997 asistía voluntariamente a la Asamblea "en busca del real", pero en el 2003 fue nombrado como trabajador manual, donde gana B/400.00. mensuales.

Recordó que al principio cobraba B/1.50, pero hoy su trabajo tienen un costo de B/2.00, tanto zapatos como botas. Pero, ¿cómo distribuye su tiempo para no descuidar su trabajo como funcionario? Blake manifestó que su jornada se inicia a las 7: 00 a.m. y le corresponde la limpieza de la planta baja del edificio principal de la Asamblea, incluyendo, el aseo de los baños. Una vez termina esta ronda, "el limpiabotas de la Asamblea" dijo que "coge un cinco" y agarra las bolsas de zapatos para ganarse entre 30 y 35 dólares diarios. Antes de las 3:00 p.m., que es su hora de salida, Blake debe hacer otra ronda en su área de trabajo.

¿CUAL ES EL SECRETO CON LOS CLIENTES?

"Cuando llegué aquí, yo vendí mi imagen. Siempre he guardado mi compostura, ellos son mis jefes y no he tenido problema, por eso es que yo soy querido. He visto subir y bajar gobiernos y sigo siendo la misma persona", aseguró.

La brisa fresca seguía soplando y más datos interesantes de la vida de este panameño salían a relucir. De acuerdo con Blake, los diputados actualmente le llevan los calzados y hasta los de sus familiares en bolsas o cartuchos y se las hacen llegar a través de sus conductores, pero él afirmó que a veces, cuando le entregan un par de calzados en los pasillos, anota quiénes son los dueños para evitar equivocarse.

Este personaje tiene tres hijos: una niña de 12 años y dos varones de 7 y 5 años, respectivamente. "A mí no me da pena limpiar zapatos, prefiero hacer esto, menos robar ni vender drogas", destacó. En vista de que él, con solo llegar hasta segundo año de secundaria, ha logrado superarse y garantizar los estudios de sus hijos, quiso enviar el siguiente mensaje a los jóvenes: "No es de qué forma tú trabajes por un dólar, pero hazlo honestamente. No tienes que salir a delinquir, porque al final, dice la Biblia, que el hombre que no tiene a Dios en su corazón tiene un problema bien grande".

SU NOMBRE

Antes de llegar a la Asamblea le llamaban Roberto. Él no se explica por qué. No es hasta ahora en la Asamblea que lo llaman por su nombre: Héctor.