Fue una experiencia desgarradora. Ahora por lo menos espera que el cuerpo de su hijo aparezca. Pasada las 5:00 p.m. de ayer, Francisca Reyes, madre del niño Mackiel Rodríguez, de sólo seis meses de nacido (quien desapareció el pasado viernes en las inundaciones en el Bajo de Nueva Esperanza) y 15 familiares, aún rebuscaban entre el lodo y escombros de sus viviendas arrastradas por las corrientes, con troncos de árboles, el cuerpo inerte de ese pequeño querubín, pese a la pudredumbre que rodea el área.
Francisca, un tanto resignada, ya que le había dado cristiana sepultura a su madre y a su hija de 2 años, que murieron en ese mismo incidente, comentó que buscará el cuerpo de su hijo hasta el domingo; de lo contrario, cesará la búsqueda con una misa en el lugar donde han encontrado la mayoría de los cuerpos por esta tragedia, de la cual seis son familiares. Manifestó estar conforme con la búsqueda de los estamentos de seguridad, que duró 7 días. Sin embargo, expresó que luchará por la única hija que le dejó esta masacre.
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