Perdió su trabajo y especialmente a su familia. Esta es la historia de Álvaro Robles, quien luego de pasar cinco años en un centro penitenciario, en diciembre del año 2000 lo llevaron a juicio, por estar supuestamente vinculado a un caso de drogas, pero terminaron declarándolo: "Inocente".

"Solo me dieron una nota en la que me pedían disculpas", destacó. Pero allí no termina el trago amargo de Robles, puesto que su carro, que se lo decomisaron el día en que fue detenido, era utilizado por el Estado mientras estaba tras las rejas, razón por la cual le aparecen boletas donde su vehículo participaba en irregularidades. Ninguna autoridad le respondió para recuperar ese bien.

Robles al menos tiene la satisfacción de que estando preso se integró a trabajar con la iglesias evangélica y hoy participa del Ministerio Carcelario de Hosanna, trabajando con los internos y dándole seguimiento a quienes han cumplido su pena.

ENTRE CATOLICOS

Ayer, la grey católica veneró a María de La Merced, redentora de los encarcelados y patrona de los abogados. En San Felipe, hubo mariachis, donaciones y misas para conmemorar esta fecha.

Fray Richard Godoy, de la Orden de los Mercedarios, dijo que muchos panameños que tienen familiares detenidos encuentran en esta advocación un refugio. Elogió la participación de los estudiantes en las diferentes misas y durante la procesión de anoche.

SIN SOLUCIONES

Por su parte, el defensor del Pueblo, Ricardo Vargas, manifestó que "andamos mal", refiriéndose a los centros penitenciarios del país.

Vargas apuntó que hace falta presupuesto para atender la problemática de hacinamiento en las cárceles. También dijo que uno de los obstáculos que aún no se le da respuesta es la resocialización, lo cual permite la reincidencia entre estos ciudadanos.

POBLACION

Reportes del Ministerio de Gobierno y Justicia indican que hay unos 7 mil detenidos entre las cárceles de La Joya y La Joyita.

Hay 700 detenidas en la Centro Femenino de Rehabilitación.