Un equipo que sale de una racha negativa a lo grande. El Athletic Club solventó ayer de la mejor manera posible su crisis de resultados y no de juego, imponiéndose en San Mamés al Real Madrid por dos goles a uno, tras arrollarle en el primer tiempo y aguantarle en el segundo.
El equipo rojiblanco, con ese triunfo que le saca de las posiciones de descenso, ahondó en la convulsa situación por la que pasa un Madrid, que mucho tendrá que mejorar en adelante, no para aspirar a título alguno, sino simplemente para hacerse aspirante a ganar un partido.
La primera parte fue netamente local, de un Athletic muy centrado, con ganas de hacerse con la primera victoria de la temporada y ya con un once titular sobre el terreno de juego, tras varias jornadas en la Ernesto Valverde, había optado por unas rotaciones que, debido a los malos resultados, estaban siendo un tanto cuestionadas en Bilbao.
El Madrid, por su parte, ofrecía una imagen penosa, la de un equipo físicamente al límite, sin ideas, sin apenas recursos y dando la sensación de no saber exactamente lo que tenía que hacer.
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