Mucho se comenta sobre los conflictos entre los estudiantes, y cuando éstos traen consecuencias lamentables, lo primero que se hace es buscar culpables, pero... ¿quién ofrece soluciones?
Este año los disturbios estudiantiles han sido la variable. Los estudiantes cierran calles para protestar, pero no entienden de límites. Van hasta los extremos, perjudican a terceros, dañan la propiedad privada y afectan la economía.
YA HAY UN MUERTO
El tema de las reformas a la Caja de Seguro Social golpeó en la conciencia de todos, y los estudiantes no escaparon de esa realidad. Para comenzar, el 24 de mayo los estudiantes del Instituto Nacional cerraron las calles en la avenida de Los Mártires y luego le siguieron sus homólogos del Artes y Oficios. Hubo enfrentamientos con la Policía Nacional, dejando un saldo de arrestos, heridos (tanto policías como estudiantes), y daños a la propiedad.
Seguidamente, estudiantes de la escuela Profesional Isabel Herrera Obaldía y del Richard Neumann, cerraron la calle 50; no conforme con eso, vandalizaron comercios y autos de los alrededores. ¡Fue algo fuera de serie! Las clases fueron suspendidas en Panamá y San Miguelito, hasta el 28 de junio pasado.
Finalizando el mes de agosto, estudiantes del Instituto Nacional convirtieron en campo de batalla la avenida de Los Mártires, en protesta por mejoras al plantel y el nombramiento del rector.
La "tapa del coco" sucedió el pasado miércoles 14 y jueves 15 de septiembre, cuando estudiantes del Artes y Oficios protagonizaron disturbios por la expulsión de 5 compañeros. Lo trágico fue la muerte del menor de 15 años, Ariel Alveo, el domingo 18 de septiembre. El adolescente cayó en una zanja, en la corredera de aquel día, sus compañeros le pasaron por encima y fue llevado al Hospital Santo Tomás, donde vivió sus últimos días.
Ante esta situación, el plantel fue cerrado por el Ministerio de Educación y para hoy lunes se espera su reapertura, aunque los profesores no estan de acuerdo.
RESPONSABILIDAD DE TODOS
Para Eufemio Taylor, director Nacional de Asuntos Estudiantiles del Ministerio de Educación, la sociedad en pleno tiene mucho de responsabilidad en las acciones de nuestros jóvenes, y a la vez también tiene la respuesta para contribuir a que disminuya la violencia.
Según Taylor, el hecho de que los estudiantes no puedan controlarse, se traduce en que los padres de familia y los adultos en general proyectan modelos de conducta violentos.
¿HABRA CLASES?
Debido a los últimos hechos violentos que se dieron en el Artes y Oficios, una comisión de disciplina ampliada investigó lo suscitado.
La semana pasada, tras varias reuniones, dicha comisión entregó un informe que fue evaluado por el ministro de Educación, Miguel Angel Cañizales, quien posteriormente anunció el reinicio de clases para hoy lunes.
Sin embargo, eso no fue del agrado de los profesores artesanos, quienes el viernes se manifestaron en las calles por la decisión de Cañizales, debido a que no se garantizaba la seguridad de ellos y los estudiantes.
SANCIONES DURAS
Taylor informó que se están evaluando las sanciones a tomar con los estudiantes responsables de los disturbios. "Dependiendo de la gravedad, el estudiante podrá ser suspendido hasta 10 días, o ser expulsado".
El funcionario manifestó que se darán charlas y conferencias sobre el manejo de la conducta y las relaciones interpersonales, así como acerca de la solución de conflictos, en los planteles de la capital, con la intención de fortalecer los valores.
CAMBIO DE ACTITUD
Para la psicóloga Geraldine Emiliani, en los hogares panameños, cuando los niños se portan mal, en vez de arreglar las cosas por medio del diálogo, lo que hacen es agredirlos para crearles el miedo, por lo que la criatura se reprime.
Agregó que esas prácticas, además de infundir el miedo, traen como consecuencia que ese niño, cuando es adolescente, adquiera una conducta impulsiva y violenta, que es lo que sucede actualmente. De acuerdo a Emiliani, algunos docentes empeoran aún más la situación de estos jóvenes, cuando los tratan en mala forma dentro de las aulas de clase.
Dijo que en su etapa de la adolescencia, algunos jóvenes sufren de madurez afectiva y emocional. Señaló Emiliani que se hace necesario un cambio total de actitud, de los padres de familia y los educadores, hacia los estudiantes.
Recomendó que en los colegios donde los estudiantes presentan problemas, todos los días los educadores deben dar charlas de buenos modales y valores, ayudar a los jóvenes a formar grupos de ayuda social, para que hagan el bien a otros y a la vez se sensibilicen con el prójimo. "Esto es una señal de que necesitan ayuda", indicó.
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