"Alcancé más allá de lo que esperaba". Así piensa José González, quien luego del incendio del 4 de noviembre de 2005, que consumió el inmueble Tívoli en Curundú, ingresó como voluntario para restaurar lo que hoy se ha denominado Villa Tívoli No 2.
Pasó seis meses trabajando y sólo recibía una bolsa de comida semanal por parte del Ministerio de Vivienda (MIVI), pero allí aprendió albañilería y soldadura.
Margarita Aldeano, de la Dirección de Mejoramiento Habitacional, dijo que otros 60 jóvenes de Curundú también han ingresado a trabajar a empresas privadas y han recibido materiales para mejorar sus viviendas.
SUPERACION
Otros jóvenes de Curundú están laborando en proyectos, como La Caseta y el edificio Penonomé de El Chorrillo.
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