Secuestradores estudiaban a sus víctimas


Cerrar!

Yessenia era una joven alegre y estaba ocupando el primer puesto en su carrera en Ingeniería Ambiental y Transporte Multimodal.

  • Secuestradores estudiaban a sus víctimas

    Yessenia era una joven alegre y estaba ocupando el primer puesto en su carrera en Ingeniería Ambiental y Transporte Multimodal.

  • Secuestradores estudiaban a sus víctimas

    Yessenia era una joven alegre y estaba ocupando el primer puesto en su carrera en Ingeniería Ambiental y Transporte Multimodal.

  • Secuestradores estudiaban a sus víctimas

    Yessenia era una joven alegre y estaba ocupando el primer puesto en su carrera en Ingeniería Ambiental y Transporte Multimodal.

  • Secuestradores estudiaban a sus víctimas

    Yessenia era una joven alegre y estaba ocupando el primer puesto en su carrera en Ingeniería Ambiental y Transporte Multimodal.

  • Secuestradores estudiaban a sus víctimas

    Yessenia era una joven alegre y estaba ocupando el primer puesto en su carrera en Ingeniería Ambiental y Transporte Multimodal.

Nayeli Williams - DIAaDIA

Que se vuelva a repetir. Ese es el temor de los familiares de los jóvenes secuestrados y asesinados en La Chorrera, según fuentes de la comunidad china, cuyo miedo es palpable, pues saben que no han atrapado a todos los involucrados en el plagio de sus familiares.

Lo que más dolor les da es que las muertes pudieron haberse evitado.

La primera persona raptada el 10 de octubre del 2010, Yessenia Lou Kam, sospechaba que la seguían. Fuentes informaron a DIAaDIA que hubo dos ocasiones en las que Yessenia sintió que alguien la estaba vigilando, aunque nunca supo con certeza quién. La primera, en el establecimiento Noverama, en La Chorrera; semanas después, la joven fue secuestrada cuando iba para la Universidad Tecnológica.

De igual forma, tiempo después, en diciembre, la casa de la segunda víctima, Young Wu Ken, había sido marcada con un símbolo que era un uno con el signo de resta al lado. Ken hizo los trámites para contratar a un agente de seguridad, pero no terminó de concretar esto porque fue secuestrado.

Semejanzas en el caso

Según una fuente, las familias de los secuestrados tienen miedo de seguir viviendo en La Chorrera, razón por la cual no ha dejado de pasar por sus cabezas la idea de mudarse y encontrar la paz en otro sitio.

Entretanto, cuando Yessenia y Ken estaban secuestrados, el dominicano confeso, Alcibiades Méndez, alias José “Celular”, seguía visitando los establecimientos de las dos familias, aunque su relación era estrictamente laboral.

Él está detenido, pero estas familias temen que Fermín Tabarez, alias Ángel Bethancourth, posible cómplice del asesino confeso, les haga daño, según la fuente consultada por este medio. No hay que olvidar que, según las últimas declaraciones de Alcibiades, había 12 personas en lista por secuestrar, entre ellos dos niños.

En el segundo secuestro se dejó establecido el plagiador era el mismo que en el caso de Yessenia, por el acento dominicano. Fue entonces cuando salió a relucir el nombre de Alcibiades.

Diferencias

Cuando Yessenia desapareció, sus familiares nunca tuvieron señales de vida, pues los secuestradores nunca les permitieron hablar con ella, pidieron $25,000.00, pero al final nunca entregaron el rescate, porque no dieron la prueba de vida. Después de una semana dejaron de llamar. En cambio, Ken siempre mantuvo la comunicación con sus familiares.

La fuente le informó a DIAaDIA que una de las veces que llamó, dijo que lo habían golpeado, que estaba cansado y que casi lo matan. Aquí sí se llegó a pagar por su liberación $83,000.

Durante 24 horas, el sistema GPS del celular de Ken estuvo marcando rastros en el área de El Trapichito, en donde casi un año después encontraron su cuerpo. Después que el sistema se cayó, los secuestradores siguieron comunicándose con la esposa del secuestrado por medio de su celular.

Las señales del celular registraban varios sitios desde donde llamaban, como: Las Perlas, en Arraiján; Los Chorritos, en La Chorrera, y Santa Ana, en la ciudad capital.

Falta de equipos

Pese a detectar estos sitios, nunca los pudieron encontrar, ya que la compañía telefónica mandaba los resultados cinco horas después a las autoridades.

Todo bajo control

Fuentes manifestaron a este medio que había más de dos personas involucradas en esto. Ejemplo de ello fue que la primera vez que se pretendía entregar el rescate para salvar a Ken, el secuestrador llamó a su esposa y le dijo que se regresara, pues sabía que había autoridades presentes.

La segunda vez le dijeron al cuñado de Ken que caminara rápido y que dejara el dinero al lado de un cartucho que estaba en un tanque de basura, en la parte posterior de La Pagoda, en La Chorrera. Siempre permanecieron vigilados.

Fueron engañados

“Sabemos que está teniendo problemas con su embarazo, por eso le devolveremos a su esposo”, fueron las palabras del secuestrador de Ken y que por un momento llenaron de esperanza a los familiares de la víctima, explicó la fuente. Eso fue el 10 de diciembre del 2010, un día después de ser secuestrado; sin embargo, todo fue como un juego.

Días después, cuando pagaron el rescate, les dijeron que lo entregarían en un supermercado de Arraiján, pero esperó y esperó y nunca le entregaron a su amado. Desde ese día no se supo nada de él.

Triste aniversario

Fuentes cercanas le dijeron a DIAaDIA que ayer Young Wu Ken hubiera cumplido siete años de matrimonio con su esposa. Ella, junto a su cuñada y suegro quedaron desamparados tras la muerte de Ken, ya que era la cabeza de la familia y el que velaba por todos. A raíz de esto, la familia tuvo que vender su negocio, Novedades Angelina, ya que tenía que pagar el préstamo de $83,000 que pidió para pagar su rescate, que al final fue en vano.

La hermana mayor de Ken es ciega a causa de una enfermedad y necesita tratamiento, mientras que su papá también está delicado por un trasplante de hígado, ahora no tienen fuentes de ingresos, se informó.

Sí se pudo hacer algo

La fuente también informó a este periódico el deseo de los familiares de Ken de que se pinchara el teléfono del secuestrador, pero las autoridades dijeron que era ilegal.

Sin embargo, el abogado Ramiro Guerra explicó que no era la respuesta indicada, ya que los familiares pudieron comunicarse con un agente del Ministerio Público para que hablara con el procurador, para que este le mandara la solicitud a un magistrado de la Corte Suprema de Justicia, quien al final decidiría si se hacía o no la filtración de comunicación. Todo depende de las pruebas, y en este caso había elementos importantes, como el acento dominicano en ambos secuestros y que en primera instancia el celular marcaba una sola zona.

 
suscripciones