Jóvenes: no encuentro palabras para expresar lo orgullosa que me siento de los estudiantes panameños.
Desde hace unos meses, he estado visitando diversos colegios de la capital y San Miguelito, para organizar consejos editoriales en cada uno de ellos. Eso se debe a que DIAaDIA apuesta a la educación y ha puesto en marcha el programa "Tu Día Escolar", una ventana desde la cual los estudiantes pueden dar a conocer las actividades culturales, recreativas, deportivas y académicas que ellos protagonizan en sus colegios.
Eso me ha permitido renovar mis esperanzas de un futuro mejor.
Por muchos años sólo hemos visto en los medios de comunicación el lado negativo de la juventud, léase su participación en actividades relacionadas con drogas, en actos vergonzosos, en vandalismo, en cierre de calles, irrespeto a los mayores, fracasos escolares y deserción escolar.
Pues yo he palpado en el seno de cada colegio a estudiantes deseosos de salir adelante; orgullosos de participar en las actividades de sus planteles, creativos hasta lo inimaginable, entusiastas, colaboradores, solidarios, fieles a sus principios, colmados de una alegría contagiosa, confiados en un futuro promisorio y apasionados por una vida sana y productiva.
Son jóvenes que se dejan guiar, humildes en la victoria y combativos en la derrota; son chicos que van por la vida con la cara al sol y el corazón orientado a un solo propósito: ser hombres y mujeres de bien. Ese es el perfil de la mayoría de nuestros jóvenes, esos que en cada colegio dejan sus huellas, pero que pocos las conocen porque los adultos hemos sido mezquinos en la alabanza y generosos en las críticas. Ya es tiempo de que se sepa que nuestros estudiantes valen lo que pesan en oro y eso tenemos que reconocerlo. Estamos en deuda con ellos. ¡Paguémosla!