Apoyar en los quehaceres del hogar contribuye enormemente en la formación de niños independientes, responsables y conscientes del esfuerzo que hacen sus padres.
En los tiempos que vivimos, pareciera que el tiempo cada vez alcanza menos y, para aprovecharlo al máximo, es necesario que cada miembro de la familia participe en los quehaceres.
Los niños, por muy pequeños que parezcan pueden aportar un poco. Se puede empezar por labores más llevaderas como poner la ropa sucia en su lugar, una canasta, una bolsa, un platón, etc., para así evitar el reguero de ropa por cualquier parte de la casa.
Otro punto que ayuda a poner orden, es enseñarlos a recoger sus juguetes. Esto les va enseñando a ser responsables con sus cosas, pues además de aprender a cuidarlos, comprenden que ponerlos en su lugar es su responsabilidad. Así sabrán más adelante que poner los útiles escolares, ropa, zapatos, platos, etc., en su lugar es una responsabilidad de cada quien y no solo de la mamá o las hermanas como algunos tienden a creer.
Cuando ya los hijos son más grandes, se les puede solicitar que arreglen su cama, una vez se levantan; que limpien sus zapatos, laven sus zapatillas, frieguen, barran... Los más grandecitos podrán hasta lavar sus medias u otras prendas de vestir.
La inserción en la cocina es un punto que no se debe dejar de lado, sobre todo en la adolescencia.