Los días no alcanzarán para que Giovanni González termine de agradecer a Dios por haberle permitido que sus hijos estén a su lado. Con sólo dos días de nacida, su hijita, a la que más adelante llamó Milagros, logró salvarse junto a sus otros dos hijos de aquella espantosa escena, en la que gracias a Dios los vecinos fungieron como ángeles, que lograron sacarlos de las furiosas aguas del río Cabra.

Con los ojos mojados por las acostumbradas lágrimas que brotancada vez que recuerda el incidente, Giovanni explicó que a pesar de que perdió todo lo material nunca le ha importado, pues a más de un año de la tragedia, sólo le queda seguir adelante y confiar en que ahora la vida les depara otro destino.

Ayer, junto a sus amados hijos, esta humilde mujer estuvo acompañando a los cientos de personas que se congregaron en el nuevo residencial Tanara, para recordar esta penosa tragedia, en una solemne ceremonia donde los agradecimientos y recuerdos no dejaban de fluir.

Con el firme propósito de olvidar lo pasado, hoy día estas personas sólo esperan que los trabajos de reubicación en las nuevas viviendas, asfaltado de calles y colocación de tuberías de agua potable culminen, para iniciar de cero esta nueva etapa, que para muchos cerrará aquella herida que dejó a 17 personas menos en la comunidad.

¡INCRIBLE!

Jamás pensó en soltar a la bebita; más bien optó por taparla con cinco sábanas y echársela a los hombros.