Ejecutados. Las gotas de sangre que caían del maletero alertaron a un ciudadano.

En la Gran Estación de San Miguelito, exactamente frente al Bar Billar Donde Ricardo, un taxi Toyota Tercel Amarillo, con registro 8RI 3882 y placa vehicular 046919 (que no le pertenecía al auto), estaba estacionado desde las 2: 00 a.m.

Atados con soga y cinta adhesiva y con un polvo blanco en la cara fueron encontrados los cuerpos de Jesús Adolfo Martínez, de 37 años, quien era el propietario del vehículo; y de Rodrigo Antonio Hernández, de 33 años que, al parecer, era "el palanca" del taxi.

Inmediatamente, el lugar se fue llenando de curiosos, ya que una de las paredes del lugar tenía cuatro manchas de sangre que dibujaban una mano, como prueba de lo sucedido.

Gritos y llantos fue lo que se escuchó cuando los cuerpos fueron sacados del maletero, debido a que entre los mirones estaban los familiares de los ejecutados, quienes se molestaron con el personal del Ministerio Público y la Policía por la demora en el proceso.

Martínez tenía 8 heridas por arma de fuego, mientras que Hernández tenía 16, en todo el cuerpo, y hasta el momento no hay detenidos por el caso.

¿SE AHOGO?

Flotando boca abajo fue encontrado el cuerpo de Cornelio González, en horas de la tarde de ayer, en un lago ubicado en la barriada de Nuevo México en Calzada Larga. Un lugareño divisó a la víctima y dio aviso a las autoridades, quienes llegaron al lugar a realizar el levantamiento del cadáver.

González llevaba puesta la ropa con la que salió de su casa, por lo que se investiga si se ahogó o lo asesinaron.

Lo buscaron hasta en su casa

Tres sujetos, al parecer menores de edad, llegaron hasta la residencia de Federico Betancourt Castañedas, de 24 años, para matarlo.

El cuerpo fue encontrado con 22 tiros, en todo el cuerpo, y se sospecha que uno de los delincuentes es un sujeto apodado "Alex", que reside cerca del lugar.

NO RESISTIO

A altas horas de la noche del sábado, Edilberto González Rodríguez, de 17 años, fue encontrado por un vecino en la vía principal de San Vicente de Chilibre con cuatro impactos de bala, por lo que fue llevado a la ULAPS de Villa Zaíta, pero falleció.

RASTROS

En una de las calles que daba a la Gran Estación estaban los rastros de sangre.