
Está muy contenta con su negocio.
Está muy contenta con su negocio.
Está muy contenta con su negocio.
Son muchas las artesanías que vende, tiene de todo un poco, para gustos y colores.Roxana Palacio
También vende suéteres y ropa para niños y bebés.
Cerámicas y artesanías son buscadas por los visitantes.
Vende vestidos y pantalones de todos los colores.
Está muy contenta con su negocio.
Son muchas las artesanías que vende, tiene de todo un poco, para gustos y colores.Roxana Palacio
También vende suéteres y ropa para niños y bebés.
Cerámicas y artesanías son buscadas por los visitantes.
Vende vestidos y pantalones de todos los colores.
Está muy contenta con su negocio.
Son muchas las artesanías que vende, tiene de todo un poco, para gustos y colores.Roxana Palacio
También vende suéteres y ropa para niños y bebés.
Cerámicas y artesanías son buscadas por los visitantes.
Vende vestidos y pantalones de todos los colores.
Está muy contenta con su negocio.
Son muchas las artesanías que vende, tiene de todo un poco, para gustos y colores.Roxana Palacio
También vende suéteres y ropa para niños y bebés.
Cerámicas y artesanías son buscadas por los visitantes.
Vende vestidos y pantalones de todos los colores.
Está muy contenta con su negocio.
Son muchas las artesanías que vende, tiene de todo un poco, para gustos y colores.Roxana Palacio
También vende suéteres y ropa para niños y bebés.
Cerámicas y artesanías son buscadas por los visitantes.
Vende vestidos y pantalones de todos los colores.
No se deja vencer por la adversidad. Elvira Reina, a sus 41 años se siente orgullosa de lo que ha logrado, pues con mucho esfuerzo ha conseguido salir adelante.
Con cuatro hijos que mantener y a falta de un compañero, ya que su esposo se fue, tuvo que hacerse cargo sola del cuidado y manutención de los pequeños.
Esta incansable mujer antes trabajaba limpiando casas, pero como lo que ganaba no le alcanzaba para nada, sintió que debía hacer algo más si quería ser alguien en la vida.
Decidida a tener un futuro lleno de bonanzas para ella y sus hijos, aprendió a tejer, coser y a hacer cerámica; con estos trabajos empezó a hacerse unos realitos.
Sus trabajos eran tan gustados, que la demanda que tenía de clientes que venían de la frontera de Panamá con Costa Rica fue aumentando, al punto de que tuvo que agrandar el negocio.
La emprendedora mujer puso su tienda a orillas de la carretera, en la frontera de Panamá con Costa Rica, por lo que todos los turistas que por allí pasan siempre se llevan un recuerdo.
Vende desde artesanías, cerámicas, ropa para adultos, niños, bebés, sombreros, correas, zapatos, muchos hechos por ella misma. Otros los compra fuera del país, para tener de toda clase de modelos que ofrecer a grandes y chicos.
Con este trabajo está feliz, pues puede tener a sus hijos en el local, verlos a diario, y es su propia jefa. Sin embargo dice que la mejor carta de presentación que tiene es una gran sonrisa y un trato amable.
En esta aventura ya lleva siete años y cada día que pasa le va mejor, a pesar de eso no olvida su procedencia, y lo que le costó llegar hasta donde está.
“ Luchen por sus sueños, crean en ustedes y salgan a trabajar”, es el consejo que les da a todas las personas que tienen un sueño.