Oriundo de Veraguas, don Evangelisto González, un hombre campechano y trabajador, se ha dedicado por más de 20 años al negocio de las lajas.
Vive en El Chumical de Veracruz con su esposa y una hija. Desde allí, en horas de la madrugada, muchas veces emprende su faena mar adentro para sacar estas piedras que se utilizan para la decoración de las casas.
González dijo que se inició en esto porque la gente de El Chumical lo hacía, además era un buen negocio, había mucha producción y se ganan 12 balboas por cada metro de piedra. Pero ahora las cosas han cambiado.
Reconoció que el trabajo era muy dificultoso, porque una vez cuando fue a sacar lajas, el mar se puso bravo y se hundió el bote en el que iba con otras personas. También porque ya no rinde el negocio, vende el metro de estas piedras a 4.00 balboas.
Cada vez que sale a trabajar tiene que invertir contratando el bote.
Además, también saca otras piedras decorativas que vende el cubo a 4.00 balboas y las cuales utilizan mucho para decorar cascadas y las paredes de las casas. También se dedica a la pesca, aunque reconoce que, al igual que la laja, ha disminuido la venta.
"Trato de ir siempre con un compañero, pero a veces lo hago solo, es muy difícil", dijo Evangelisto.
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