Las notas musicales de las tonadas sonaban como una enmarañada melodía, en la que se confundían las distintas tamboreras compuestas por la gloria nacional, Gladis De La Lastra. ¿El escenario? La Primera Feria de Coclé, en Penonomé, donde participaban representaciones de los distritos de la provincia coclesana.
Al son de "yo quiero mirar la luna, mirar la luna y a las estrellas, reflejarme en las salinas de Aguadulce esta noche bella”, tonada de “Romance salinero”, se unía una “serpiente de plata que atraviesa el río, eres Angostura el encanto mío”, de “La Angostura de Penonomé”, ambas escritas por una mujer diminuta, sencilla, tenaz, que nunca se dejó vencer, hasta que ayer la muerte, siempre cruel, la alcanzó.
Durante aquella feria, todos se divirtieron bailando al compás de las tamboreras, sin pensar en que su creadora se debatía entre la vida y la muerte en una camilla del Complejo Hospitalario Metropolitano, porque no había cama para tanta gente, ni siquiera para una gloria nacional, como le dijéramos la última vez que la entrevistáramos hace sólo unos días.
Y no sólo en las ferias se oyen sus tamboreras, de seguro durante las próximas fiestas patrias, en Penonomé, donde vivió su infancia, se escuche su música entonada por las bandas de música de los colegios, tal como ha sucedido año tras año.
MUSA INSPIRADORA
Gladis, como muchos, encontró su motor inspirador en la patria que le dio la vida. Nacida en la tierra de las mujeres inteligentes, Coclé, específicamente en Penenomé, esta compositora desde muy pequeña mostró su interés por la música. Como muestra un botón, desde los 9 años, Gladis dominaba todos los acordes de la guitarra. A los 17 años comenzó a componer, fue entonces que la pieza "La Princesa del Zaratí" vio la luz, la cual escribió con motivo del Centenario de Coclé, su bella tierra. Esta composición le valió su primera condecoración, la Medalla de Honor, que le fue otorgada por el Consejo Municipal de Penonomé.
GENIA CREATIVA
La tamborera es una composición típica que sólo genios son capaces de crear y Gladis De La Lastra fue una de ellas. Las melodías de esta mujer puede que no sea muy común escucharlas en las emisoras, pero son famosas y reconocidas entre los verdaderos conocedores del folclor nacional. El nombre de Gladis De La Lastra ha resonado en la mente de los panameños desde siempre, pues fue precisamente esta mujer, quien con su intelecto creativo escribió una de las primeras piezas que refleja el deseo de Panamá por alcanzar la plena jurisdicción sobre su territorio, la tamborera "Panamá soberana".
CONTRA VIENTO Y MAREA
"Panamá chiquitita, te amo patria bella
pedacito de tierra que Dios me regaló/mi sangre panameña es fuego que calienta/que enciende de alegría el corazón a donde voy...” es parte de la letra de "Panamá chiquitita", una de las composiciones de Gladis De La Lastra. A pesar de los problemas de salud y las necesidades que comenzaron a aquejar su vida, Gladis se convirtió en un ejemplo a seguir por la forma en que supo luchar y salir adelante. Gladis, con toda su enfermedad, fue capaz de continuar escribiendo y crear una tamborera para la Caja de Seguro Social. Esa como la más reciente, pues en su haber hay muchas como: "Tengo, tengo", "Princesa Zaratí", "Portobelo", "Soberanía", "Sueño de Verano" y otros más.
CONDECORACIONES
Esta compositora de la patria fue merecedora de múltiples premios como: la Medalla de Oro y Pergamino de Mérito como Hija Dilecta de Penonomé (1960); Medalla de Oro y Pergamino de Honor (Consejo Municipal de Aguadulce); Premiada con el trofeo Anayansi de PISA.
Publicidad Interamericana (1961); Bandeja de Plata: Escuela Juan B. Sosa (como Educadora y Compositora Musical); Llave de la Ciudad y Pergamino por el Consejo Municipal de Panamá por "Panamá Soberana"; Primer Premio en el Festival de la Canción Turística del Mediterráneo y América Latina, celebrado en Estoril (Portugal) con la tamborera "Tengo, tengo", siendo premiada con "La carabela de Oro" (feb. 1981); Orden Belisario Porras en el Grado de Comendador y Pergamino (agosto 1981); Orquídea Intelectual por sus aportes a la sociedad (1996) y la última y más significativa, la Orden Vasco Núñez de Balboa, la cual le fue entregada en julio de este año. Significativa, porque Gladis alguna vez pensó que nunca se la darían.
|