Desde que tom� la decisi�n de escribir esta columna, me han criticado el hecho de que siempre escribo a favor de las damas y en contra de los caballeros. Obviamente mi humilde espacio es esa v�a de desahogo para denunciar lo que ellos nos hacen y para que a trav�s de la lectura no lo hagan, y a otros les sirva de ejemplo, pero as� mismo debo reconocer el esfuerzo de esos hombres que trabajan por su familia.
Felicidades a todos los que, junto a su esposa, luchan para sacar un hogar adelante. M�s a aquellos que no solo se limitan a realizar sus funciones laborales en una empresa, sino tambi�n los que ayudan a su esposa en la casa. Esto los hace valiosos y grandes hombres, ya que a la vez educan a sus hijos de que en un hogar se trabaja entre dos con la misma fuerza.
Felicidades a esos hombres que son fieles a sus mujeres y la respetan, eso los hace especiales y diferentes.
Un sabio lector de este espacio, quien labora conmigo, me hizo la observaci�n y me dijo que el secreto de todo es la paciencia y el amor que ellos sienten por su hogar, esa es la fuerza para llevar junto a la pareja una familia adelante.
Estos son los hombres que hacen una sociedad diferente, a tomar el ejemplo y saludos.