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¿Lista para el parto?
La mujer embarazada debe realizar los ejercicios bajo supervisión.

Zulema Emanuel | DIAaDIA

A largo de todo el embarazo, las mujeres deben tener diferentes cuidados para que el parto no se les complique. Uno de esos es el ejercicio, aunque va a depender de las sugerencias que les dé su médico.

La actividad física es una de las indicaciones saludables que le permiten a la mujer mejorar su condición y estar preparada para todos los cambios que la gestación genera en su cuerpo y, además, le ayuda a tener un mejor trabajo de parto.

Muchas personas creen que las embarazadas deben permanecer en reposo y, no es verdad, pues deben estar activas.

La fisioterapeuta Lucy González explicó que el ejercicio para cada mujer embarazada es muy variable y no existe un plan específico para cada una, ya que todo va a depender de cómo se encuentra la mujer.

Mencionó que no hay un mes específico en que las embarazadas deben comenzar a realizar los ejercicios, ya que todas no son iguales, pero por lo general, a partir del cuarto mes hasta el octavo es que se practica la actividad física.

¿Qué deportes hacer?

Con el embarazo, el cuerpo gana peso y las consecuencias se sienten en la espalda, las articulaciones y las piernas. Una rutina de ejercicios ayudará a disminuir las molestias; acudir previamente al médico, garantiza una rutina adecuada. Entre los ejercicios que pueden realizar están:

Aeróbicos: existen programas especiales para las gestantes. Esta actividad mejora el ritmo cardiaco, aumenta el movimiento y ayuda a mantener el peso adecuado.

Fítboll: técnica que trabaja posturas a través de una pelota. Reta la estabilidad y trabaja la zona de la pelvis.

Pilates: es ideal para la coordinación. Fortalece los músculos del cuello y de las piernas. Ayuda a evitar los calambres y mantiene la tonicidad.

Abdominales: deben realizarse bajo la asesoría de un experto. Ayudan a fortalecer el músculo transverso abdominal, que atraviesa el vientre como un cinturón y su función es esencial durante el embarazo. Trabajarlo minimiza los efectos derivados de su estiramiento.

Natación: el agua disminuye la presión sobre las articulaciones, pero a la vez genera una exigencia cuatro veces mayor a los ejercicios realizados en tierra. Ayuda a la mamá a tonificar los músculos y a mantener su condición física. Además, disminuye los dolores en la espalda, la cintura, el cuello y las piernas.

Yoga: mejora la respiración, esencial para tener un mejor trabajo de parto; favorece la adecuada circulación y reduce dolores y molestias. La relajación ayuda a preparar emocionalmente a la mujer para todos los cambios y el momento de dar a luz. Reduce el estrés y aumenta la confianza. Disminuye el riesgo de parto prematuro.

La actividad física en las embarazadas garantiza alivio a los síntomas de la etapa, como el estreñimiento, la hinchazón de las extremidades, aumenta la energía de la mujer, mejora el ánimo, la postura, promueve el tono muscular, la fuerza y la resistencia.

Además, el deporte debe ser suspendido si la mujer presenta sangrado vaginal, vértigo o debilidad, falta de respiración, dolor de pecho o de cabeza, debilidad muscular, dolor o inflamación de la pantorrilla y contracciones uterinas. Las mujeres deben estar atentas a cualquier cambio de su cuerpo.





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