"A los culpables, que les den la pena máxima que se le da a un mayor de edad". Esa fue la petición que hicieron los familiares del profesor Germán Gálvez durante su sepelio, realizado ayer en La Espigadilla de Los Santos.

Sus familiares, que residen en la ciudad capital, salieron a las 6:00 a.m. para darle el último adiós.

Los restos de Gálvez llegaron a las 12:00 p.m. a La Espigadilla, su lugar de origen, donde vivió su niñez y parte de su adolescencia; sin embargo, no fue sino hasta las 3:00 p.m. cuando se inició el sepelio.

Con lágrimas en su rostro y en su escaso lenguaje, Osvaldo Gálvez, hermano del profesor, manifestó que era él quien lo ayudaba económicamente a afrontar el derrame que sufrió hace dos años, y que lo dejó inválido. Destacó que a su hermano le gustaba trabajar la agricultura.

Además, el profesor Gálvez ayudaba a sus padres y sostenía económicamente a sus dos hijas. La última visita que hizo a su tierra natal fue el 17 de julio, cuando una de sus sobrinas cumplió su primer año.

Su hermana Arcelia Gálvez aclaró que el profesor fue asesinado por uno de sus estudiantes, de apellido Córdoba, que era alumno de la Escuela Nocturna Silvio Bedoya, donde también laboraba.

Por su parte, su madre pidió a las autoridades cumplir la promesa de cambio y reforzar las penas a los menores de edad.

SU FORMACION

El profesor Gálvez estudió en el Instituto Profesional Técnico de Azuero (IPTA) en La Villa de Los Santos, se graduó de Bachiller en Electrónica.

Su hermana Arcelia expresó que él, en busca de mejores días, se trasladó hace 20 años a la capital, donde su primer trabajo fue en una compañía avícola.

Poco a poco fue estudiando, hasta que llegó a ser visitador médico, pero su interés por enseñar era tanto que decidió dejar el mundo farmacéutico para dedicarse a la educación.

También laboró en el Colegio Ángel María Herrera en Penonomé.

SUS PADRES

Era hijo de Rosina Norato (madre) y el señor Rosa Gálvez (padre). Eran cinco hermanos.