Cada mañana se levanta con fe y seguridad, pensando que venderá mayor cantidad de productos que el día anterior.

Amparado bajo la sombra del omnipotente, Francisco Rodríguez comercializa sus productos agrícolas en uno de los principales puntos de concurrencia en San Miguelito.

"Todo lo que tengo se lo debo a Dios. Con fe trabajo para el Señor y para dar el sustento diario a mi familia", formada por sus cuatro hijos y su esposa.

Los días lluviosos y la semana distante a la quincena, cuando la venta disminuye, para diferenciarse de los demás puestos de buhonería tiene un trato especial con sus clientes, muchos de ellos son fijos.

"Dios siempre pone el querer y el hacer". Confiado en ello, sabe que las personas que se acercan a su puesto es porque harán sus compras, aunque a su lado hay cuatro vendedores de los mismos productos.

Le gusta lo que hace y trata de salir adelante superando las desventuras de la vida.