Toda buena acción tiene su recompensa, a pesar de que cuando se realiza, no se piensa en ello.

Es lo que los místicos llaman "karma".

Es así que Manuel Enrique Chang, el niño de 11 años, estudiante de la Escuela Enrique Geenzier, que devolvió una cartera con 150 balboas que había hallado en un baño comunal, fue premiado por las autoridades provinciales por su ejemplo de honestidad.

Los miembros de la Junta Técnica acudieron al Gimnasio del Colegio Rufo Garay, donde se preparó un acto y se reconoció su valiente acción, que debe ser imitada por chicos y grandes.

A este niño, más que los aplausos de ahora le esperan buenas cosas, buen vivir, es decir, buen karma.