No todos los niños panameños tienen como referente a los "cracks" del fútbol mundial. Hay quienes miran y valoran a los jugadores del patio, porque entienden, en su inocencia infantil, que con disciplina, esfuerzo y otro poco de suerte se puede ser grande.

Así es el pensamiento de Edmundo Grenald, un niño bocatoreño, que espera ser el próximo Felipe Baloy, todo un patrón en el centro de la defensa de la selección de Panamá. Mientras llega la oportunidad, se curte las piernas allá en Almirante y en el Campeonato interprimario de fútbol masculino, organizado por el Ministerio de Educación.

En las gradas del Estadio 28 de Diciembre y lejos de los suyos, Edmundo trata de llenar sus ojos con esa grama sintética del coliseo en San Miguelito, a la que ve como si el inmenso verde no tuviera fin.

"Me gustaría jugar como Felipe Baloy, Blas Pérez y José Garcés y todos los jugadores de la selección de Panamá, porque ellos empezaron igual que nosotros", dijo.

"Es hermoso el fútbol en Bocas del Toro, ya que estamos saliendo de las cosas malas, no estamos en drogas ni nada de eso", expresó.

OTROS AMORES

Muchos niños piensan en grandes clubes, esos que domingo a domingo pasan por la televisión y Edmundo no es la excepción, con la particularidad de que él siempre piensa en lo nacional. Pensó en la selección, en los jugadores bocatoreños que han vestido la roja de Panamá, pero como buen hincha hizo su elección: Barcelona y Ronaldinho.

Del jugador brasileño, destacó su imborrable sonrisa y paciencia cuando recibe faltas.