Carlos Allard Hernández, un humilde guardia de seguridad de la empresa NASA, recibió un disparo en el lado derecho de la sien.
El agente custodiaba el minisúper Tang, ubicado en la barriada San Judas, en el corregimiento de Cativá, cuando lo mataron.
Según testigos, los delincuentes querían robarle el arma de reglamento, pero los asiáticos, propietarios del comercio, solo escucharon la detonación y vieron correr a los matones.
La Policía en Colón informó que tres de los sospechosos se encuentran bajo investigación, ya que los vieron correr al momento del asesinato. A pesar de la tragedia, el local comercial nunca cerró sus puertas a los clientes.