El año pasado, justamente para este tiempo, compartía junto a 18 periodistas latinos el premio Edward R. Murrow, una beca que ofrece el Departamento de Estado de los Estados Unidos para periodistas que son postulados por la Embajada de Estados Unidos de cada país.
Al estar en Washington D.C. no sólo éramos los latinos, ya que sumábamos 150 periodistas de todo el mundo, hubo una mezcla de idiomas, costumbres, vestimentas, entre otros. Nunca nos revelaron por qué fuimos seleccionados, pero sí nos demostraron lo fundamental que son los periodistas, la importancia de especializarse y estar actualizados. Aclaro que no nos hicieron un lavado de cerebro, pues pudimos ver las cosas buenas y malas que suceden en diferentes estados. También convivir y escuchar a su gente. Pero además de la maravillosa experiencia de viajar por casi un mes recorriendo Washington D.C., Oklahoma City, San Francisco y Nueva York, fue la ocasión propicia para reforzar la fraternidad de los latinos, aprender de su cultura, destacar los valores y desventajas de cada país, y especialmente salir comprometido en la defensa de la libertad de expresión y el respeto que merecen los periodistas. Que hubo serias diferencias entre los compañeros, sí, pero todo eso formó parte de ese engranaje que nos recordaba: "Tú eres un profesional en todos los sentidos y tu capacidad no se puede dejar llevar por la emoción".
A veces, hay momentos en los que uno llega a decir: "para qué me metí en este lío". Pues no me arrepiento de ser periodista, ya que las oportunidades están a la orden del día. Tú decides si las escoges o no.