Transitar por la carretera Panamá-Colón representa un riesgo, pero obligatoriamente hay que hacerlo.
No importa la hora que sea, siempre es igual. En un recorrido desde las siete de la mañana, comprobamos cuán peligroso es rodar sobre ella.
Pero también son muchos los factores de riesgo que invitan a las personas a tomar precauciones, entre ellos las calles llenas de huecos de gran tamaño, la falta de vigilancia policial y, lo más preocupante, el exceso de velocidad de las personas que por no llegar tarde a sus trabajos, rebasan la doble raya amarilla; sin contar con los camiones que no pueden con su carga y la van dejando tirada en las aceras y los peatones tienen que tirarse a la calle.
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