Momentos de alegría que jamás se olvidarán... el primer beso y aquellas lágrimas de Doña Enicela en el Aeropuerto Internacional de Tocumen, cuando le dio la bienvenida a uno de sus principales tesoros y ahora orgullo de El Cristo de Aguadulce, Davis Romero.
Momentos imborrables, cuando Davis fue saludado por su padre, Don Ubaldo, quien no vaciló en expresarle lo orgulloso que se sentía por haberse convertido este año en el pelotero panameño número 48 en llegar a las Grandes Ligas.
Pero, sin lugar a dudas, el momento más especial de la llegada a Panamá del nuevo tirador de los Azulejos de Toronto, fue cuando lo recibieron en su pueblo natal, El Cristo de Aguadulce.
CARAVANA DE LA ALEGRIA
Fuegos artificiales, abrazos, lágrimas y el sonido de una alegre murga inundaron la ciudad de Aguadulce, en lo que fue el recibimiento del tirador izquierdo.
La primera bomba de alegría se escuchó a las 5: 22 p.m., cuando Romero llegó a la entrada de Natá. Allí lo recibieron más de 200 personas, que no dejaron de pedirle autógrafos.
Desde ese lugar arrancó la caravana, con más de 50 carros, que recorrieron las principales calles de la ciudad de Aguadulce. Davis Romero no escondía su alegría y, desde un pick up, saludó a todo el público que le mostraba su agradecimiento por lo que había hecho en su primer año en la "Gran Carpa".
NACE UN IDOLO
Cuando el reloj marcó las 6: 55 p.m., el cielo comenzó a llorar de alegría, al hacer el nuevo ídolo su entrada triunfal a su pueblo natal. Allí, no hubo un alma que no saliera de sus casas para recibirlo.
Aquéllo era un verdadero carnaval, que tuvo su momento cumbre cuando Davis llegó a su hogar. Allí, más de 150 personas lo recibieron con murga y fuegos artificiales.
AGRADECIDO
"Este recibimiento jamás lo olvidaré. No tengo palabras para agradecerle a cada una de estas personas", dijo emocionado Davis Romero.
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