Son parte de la vestimenta personal; otros lo utilizan para la protección de los rayos solares y trabajos en el campo.
Cecilio Tejedor se inició en la venta de sombreros, junto a su padre y hermano, desde que era un niño. Con ello, ha logrado sostener a su familia.
Los sombreros de mayor preferencia en su negocio, ubicado en el Mercado Público de Santiago, son los que se confeccionan en Cañazas, Santa Fe y en Penonomé.
Los costos de los sombreros varían. Los finos llegan hasta los 100 balboas; para el trabajo diario, se venden entre los 20, 30 y hasta 40 balboas, dependiendo de la confección, y los menos finos entre 5, 8 y 10 balboas, que sirven para el trabajo en el campo.
Este artículo puede ser de diferentes colores y de palma hilada, que procesan los campesinos que se dedican a la confección de sombreros.
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