Padece de displasia

Elena Valdez / Coclé

A simple vista, pareciera que Lisbeth vive tranquila; sin embargo, el sufrimiento y dolor que la abruman día a día se convierte en su única compañía. Esta joven de 25 años puede caminar, pero con dificultad, tiene displasia de cadera, necesita una operación y no cuenta con recursos.

Lisbeth vive sola en una casita de zinc en Pocrí de Aguadulce, sus padres y hermanos se fueron a la capital en busca de mejores días y ella se quedó sola, desde hace años enfrenta dificultades, y como puede, hace los quehaceres, pero la falta de una casa adecuada con servicio higiénico ya le han ocasionado varios accidentes.

Lisbeth González necesita ayuda, ella habla poco, pero dijo que si le hicieran una casa segura, ella estaría feliz, pues en la que tiene se moja cuando llueve; y cuando hace sol fuerte, no soporta el calor. “La verdad es que la paso muy mal, ya me he caído varias veces porque el piso está mojado y tengo mi problema de la cadera, necesito ayuda”, dijo la joven.

Para ella es difícil vivir sola y en estas condiciones, porque su enfermedad no le permite realizar un trabajo; como puede, busca para comer, pero está desesperada porque la casa donde vive es de zinc y se está cayendo; además, las lesiones que presenta en la cadera le provocan mucho dolor.

Juan Mendoza, amigo de Lisbeth, asegura que esta joven, a pesar de su discapacidad, no pierde la esperanza, pero que a ellos que son sus amigos y vecinos les preocupa que le pase algo o que pueda ser atacada, porque esta casa no es segura y hasta puede caerle encima por la fuerte brisa que se da cuando llueve en Pocrí.