
Lo primero es mantener la calma, luego investigue qué sucede y las causas de su enojo. Conversen para que reconozca que está enojado e indíquele que su actitud no es la mejor manera de resolver lo sucedido.
Evite etiquetarlo (eres malo) porque dañará su autoestima y si hay que pedirle perdón al niño, hágalo. Verá que todos se equivocan.