
Los hábitos transmiten presiones inadecuadas en los dientes.
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Las malas mordidas o maloclusiones, pueden ser heredadas o adquiridas. De la misma manera que heredamos el color de los ojos, la boca y las características de los maxilares son también heredadas.
Las características heredadas incluyen dientes con mucho o muy poco espacio entre ellos, dientes de más o que faltan, sobremordidas, tamaño de dientes y tamaño de huesos, lo que llevará a problemas de apiñamientos o espaciamientos.
Las maloclusiones adquiridas pueden ser causadas por hábitos que con frecuencia provienen desde la infancia, como chupar dedo, mamón, labios o lengua, o por el uso prolongado de mamadera.
Los golpes y pérdidas prematuras de dientes de leche o permanentes, así como amígdalas agrandadas que resultan en una respiración bucal, también pueden causar problemas de maloclusión.
El examen y tratamiento temprano puede detectar una maloclusión potencial e intervenir. Muchos problemas requieren de la ortopedia como complemento para lograr mejores resultados durante el crecimiento. Lleve a su niño a evaluación cuando tenga todos sus dientes de leche.