Se llevó su DIAaDIA
A su llegada al hotel. (Foto: Jesús Simmons, Alcides Rodríguez y Hermes González / EPASA)

Franklyn Robinson y Kathyria Caicedo | DIAaDIA

¡Uyuyuy! ¡Ayayay! Ustedes no se imaginan todo lo que nosotros, los reporteros de DIAaDIA, hemos hecho para traerles todos los detalles de la llegada de Marc Anthony. Por ahora, les daremos un abrebocas.

Sucede que Marc llegó, como se había dicho, en un jet privado. Antes de que lo hiciera, nosotros pasamos las de "Caín", como se dice en buen panameño. Muchos decían que había llegado a las 12: 30; otros, que a la 1: 00 de la tarde, que en la madrugada. ¡Ay no!, está en el Caesar... sucede que no le gustó el Caesar y está en el Miramar. ¡Ay, mi madre! Tantas cosas y, de repente, un seguridad nos dijo: "Tranquilos, llega a las 4: 00 de la tarde en su jet privado, porque a eso de las 11: 30 se subió al jet en Estados Unidos y en la lista sólo hay cuatro personas".

Al fin vimos la luz, pero la angustia seguía. Sólo podíamos divisar de lejos la pista, varios guaruras, camionetas 4x4 y busitos azules del aeropuerto, hasta que el reloj hizo... ¡clic!... y vimos llegar el jet. De él se bajó el hombre más buscado de Panamá en esos momentos, el mismito Marc Anthony.

A los pocos segundos, llegó otro jet. Allí venía el equipo, así que nos pusimos manos a la obra. La cuestión es que el carro se acercó y corrimos hasta la ventana para regalarle el periódico DIAaDIA. ¿Qué creen? Pues, lo agarró y cuando vio la foto de J.Lo y él en el periódico, puso una cara de sorprendido y... ¡zlach!... le tomamos la foto. ¡Fue todo un show!

EL HOTEL

Al otro lado, en el Caesar Park, se encontraba la otra reportera, Kathyria. La guardia comenzó a eso de la 1: 00 p.m., pues a esa hora llegaba el vuelo, según primeros informes.

De repente, corredera por aquí y por allá... las llamadas no cesaban en la redacción. ¿Sabes algo?, ¿llegó?, ¿qué hago? Hasta que varios guaruras o guardaespaldas, nos dijeron que no podíamos estar en el lobby del hotel. La cuestión es que ese dato nos confirmó que ese sí sería el lugar de su llegada.

Pasaron las horas, el hambre acechaba, los rumores no paraban, que si iba pa'l Miramar, que se iba directo al Figali, más estrés.

Al final, no nos equivocamos, la llamada de Franklyn nos dio la alerta. Los seguridad del hotel fueron tomando posición, como si a ellos también los hubieran llamado, y es que Marc venía en camino. Alcides (el fotógrafo) y Kathyria (la reportera) se pusieron al acecho.

Llegaron los carros, todos en posición, se abrió la puerta y, de repente, bajó un guarura. ¡Hummm!, una media vuelta y se bajó Marc Anthony, con sus lentes oscuros, una botella, una camisa rosada con una chaqueta crema casual, pero elegante, y adivinen con qué más, pues con su DIAaDIA. ¡Sí, sí, sí! Marc no se separó por nada de su DIAaDIA para estar bien informado.

El intérprete de "Qué precio tiene el cielo", de baja estatura y delgadísimo, intercambió algunas palabras con los medios, por lo menos respondió una de las interrogantes que DIAaDIA le hizo: ¿cómo te sientes al estar en Panamá? El hombre se volteó con una sonrisa de oreja a oreja y dijo: "Increíble, por fin, por fin".

¿Saben algo más? Lloren, llegó solito, todos esperábamos ver a Jennifer Lopez, pero nos quedamos con las ganas. Otra cosa, con esto termina la primera parte de la película Marc Anthony, porque tuvimos que salir corriendo para cerrar la página. ¡Esperen más!

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