Si se trabaja en un "show" de música típica para televisión –que no es nada fácil, porque tiene un nicho específico- su producción tiene que lograr que quienes estamos en casa sintamos que estamos allá, en el toldo o jorón donde se desarrolla. Tienen que hacernos disfrutar la emoción de las barras, lograr que vibremos, que sintamos. Todo eso y más fue lo que experimenté viendo en Telemetro la transmisión de 'Cuna de Acordeones'.
Y es que, cuando un programa de televisión dura casi tres horas y logra que desde el hogar uno se emocione, suspire, disfrute, sienta que está sudando rico bailando apretadito en un solo mosaico añorando y valorando más nuestras tradiciones y costumbres, entonces el programa cumplió su cometido. Todo esto se logra sólo cuando se tiene una buena producción, cuando el producto es bien pensado, planificado, cuando el concepto es bueno y el resultado en pantalla es televisión de calidad.
Voy a compartirles mi humilde opinión porque sin ser 'El Macumbero Mayor' o 'Galadini' pronostico que 'Cuna de Acordeones' –cuidando su esencia que es el talento de los nuevos valores del acordeón- será, sin discusión, el "show" musical televisivo del año.
La Producción: Su producción, muy buena. Hay ajustes que hacer, sí, pero son tontos y no vale la pena ni mencionarlos porque sobran cosas buenas que decir de esta producción. El castin de los talentos, extraordinario. Su "jingle" es pegajoso. El "openning" (apertura) fue perfecto. Los jurados con sapiencia y talento de verdad. La fluidez de la transmisión logró que fuera imperceptible las casi tres horas que duró el "show". La selección de los temas fue tan variada que nos llevaban como en una montaña rusa de emociones, en el recorrido por nuestra historia folclórica; emociones que nos llevaron a recordar los éxitos de Yin Carrizo, Osvaldo Ayala, Victorio Vergara o los hermanos Sandoval. Qué buen "rown down" (orden del programa al aire) que buena transición de un tema a otro, que buen manejo de la relación con el área comercial. La escenografía fue adecuada y moderna para un evento de esta índole, los reportajes bien editados, bien musicalizados, buenos audios. La dirección de cámara fue la correcta y sus tiros fabulosos. La aparición de Edison como un gran artista, increíble. El ballet folclórico para cada acordeonista participante era una belleza pues sus movimientos estaban totalmente en coordinación con el tema interpretado y la agrupación musical que los acompañó con buen ritmo, buena voz y buen manejo de los instrumentos musicales. ¡Me hicieron gozar las diez piezas! ¡Wow!
Los Presentadores: Aunque sigo creyendo que es un error -para la imagen de Masiel Rodríguez- que siendo 'anchor' de noticias presente un programa musical, me pongo de pie y aplaudo su trabajo como presentadora de 'Cuna de Acordeones'. Lo hizo de manera extraordinaria, se veía impecable, transmitía comodidad, cordialidad, se notaba que lo disfrutó, transmitió amor por el folclore y gusto por nuestra música. Ella era un pez en el agua. ¡Bravo Masiel!, qué buena conducción, qué buen manejo, qué buen trabajo. Juan Torrente, de atorrante no tuvo nada. Su participación fue muy buena y su talento mejor. Este señor, bien pulido y estudiado, puede ser el próximo Oscar Poveda –en animación- de este país. Su caracterización dentro del "show" fue extraordinaria, su manejo en pantalla fabuloso. Ninguno de los dos quiso robarle el "show" al otro, tienen química y eso es lo correcto cuando se trabaja en pareja animando un "show" televisivo. ¡Felicidades dobles para ambos!
Necesito mucho más espacio para escribir sobre 'Cuna de Acordeones", pero lo que no puedo dejar por fuera hoy es que con todas mis dudas y miedos, la producción de este "show" me calló la boca desde el día uno, lo admito. Digan lo que digan otros, al "César lo que es del César...", ¡esto sí está bien hecho! ¡Bravo!