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En exclusiva: "El Chiqui Drácula"
No trabaja ni sábado ni domingo. En sus tiempos libres le encanta ver "El Chavo del 8", por lo que se declara fans del programa. (Foto: Omar Batista / EPASA)

Lineth Rodríguez | DIAaDIA

Multifacético, perfeccionista y uno de los presentadores más consentidos de Telemetro Reporta, nuestro personaje de hoy es César Anel Rodríguez. Bautizado como el "Chiqui Drácula" por el gran parecido a Carlos Espejel, el actor mexicano del programa "Chiquilladas". César dice que no le importa que le llamen así. Al contrario, confiesa que de niño se parecía mucho más a este personaje.

Aunque no lo crean, César es un chico que todo lo que tiene lo ha conseguido a base de esfuerzo, ya que nadie le regaló nada. "Nací en el distrito de Chitré un 19 de agosto de 1981 y vengo de una familia muy trabajadora", declaró. En sus venas corre sangre criolla, española y hasta filipina. También destaca que el mayor ejemplo de superación lo tiene de sus abuelos. "Mi abuelo tuvo 16 hijos, 10 con mi abuela, los demás por fuera, era conductor de bus y a todos sus hijos les dio educación universitaria. Mi abuela también hizo de todo, desde planchar ropa y cocinar para otros, para salir adelante".

Confiesa que su mayor orgullo es el amor por el trabajo, todos los días llega temprano al canal y se va muy tarde.

Por otro lado, hablar de los Rodríguez en Monagrillo es decir ganadería. En efecto, la familia de César está involucrada en este negocio, menos su padre. "Mi papá es el único de los hermanos al que no le gusta eso y a mí tampoco, pero a mí hermanito sí". El presentador tenía otros sueños, quería salir de ese pequeño pueblo y forjarse un lugar en la televisión.

HORA DEL SHOW

Desde los cinco años se involucra en los espectáculos infantiles. "La primera obra de teatro en la que participé fue: "Blanca Nieves y los siete enanitos". Yo era uno de los enanitos y fue en el kínder. De hecho, creo que Massiel Rodríguez, mi prima, que también es presentadora en TV, estuvo allí".

No le gustaban mucho los deportes, pero le fascinaba el espectáculo, siempre vivía metido en cuanto acto cultural hubiera. "En quinto me buscaron para formar parte del club de baile de 'Frambuesa'. Ese grupo tenía programas de radio, era una banda musical muy parecida a lo que era Parchis, Timbiriche, pero en versión niño. Siempre quise participar porque me encantaba el teatro y ellos nacieron de una obra de teatro que se llamaba 'Mini-grease', versión infantil de Vaselina".

Su padre, por supuesto, se oponía a todo ese mundo. Pero lo bueno fue que en un casting que los productores de Frambuesa hicieron en su escuela, César resultó escogido. "Con ese grupo recorrí varias provincias de Panamá, y tuvimos la suerte de que nos vio RPC; éramos como el grupo de niños que siempre se presentaba en todas partes. Participamos con las Nifú-Nifá, en Juvenalia, Zoila Lumbrera y en todos los programas de TV. Después, se acabó el grupo, pero yo seguí haciendo radio por ocho años en Chitré, participé en algo de teatro, pero mi sueño de toda la vida era estar en TV".

Al parecer, cuando este chico nació, en vez de inyectarle vitaminas, le pusieron una dosis de adicción a la TV. "Todos los primeros de enero, yo me paraba a ver la programación de los canales locales, desde que era un niñito, y mi mamá lo dice cada vez que se acuerda de eso. Siempre soñé con ser alguien grande como un Luis Eduardo, Juan Carlos Barreiro, Estela Villa-Real, Karen Chalmers, personas que en ese entonces estaban en el mejor momento de sus carreras, ya que en aquellos años estaban muy pegados en el interior por ser parte de Canal 4".

Él anhelaba presentar una fiesta "Pura vida", se veía animando un "Señorita Panamá o una Teletón 20-30", claro que todavía sigue añorando cosas, pues aspira a ser el exclusivo de "Bailando por un sueño" o el programa más importante que tenga Medcom en ese momento.

TVN LO ENTRENA

Para los que piensan que César Anel se hizo en Medcom, pues lamentamos decirles que sí, pero no. ¿Cómo es eso? Bueno, les explico. A los 18 años se vino a estudiar Comunicación Social en la USMA, y "cuando estaba en tercer año me hice muy amigo de Elena Llorach, de Hecho en Panamá. Los llevaba en mi carro, que en aquel entonces era un "chunchito", para grabar el programa en el interior y hasta hice la preproducción. Ingresé a un taller que hizo TVN con Leonardo Guzmán (q.e.p.d), que era el señor viejito ese que salía en La Cáscara "Don Longevo", quien fue un actor muy grande en Argentina. De ese taller de actuación sacaban a la gente para trabajar en los cuentos como "La Tulivieja".

Después de meses de estar ensayando lo llamaron para grabar y estaba "más entusiasma'o", pero lo malo fue que después de 20 días de grabación le dijeron que iban a cancelar los cuentos. No le quedó de otra que dejar todo así. Pasaron seis meses y lo vuelven a llamar para decirle que iban a terminar de grabar todo y a lanzarlo en un formato estilo película. "Ese fue el primer dramatizado que yo me acuerde hizo TVN, programa que se llamó "El padre sin cabeza", dijo.

Como el proyecto no tuvo mucha bulla se dedicó a terminar sus estudios. Por casualidades del destino, César conoce a Estela Villa-Real, a quien dice le estará agradecido toda la vida. "En ese momento, Estelita era jefa de RPC noticias. Fueron a la USMA a dar una charla, y como yo era presidente de la Escuela de Comunicación, me tocó dar un discurso. Al final Estela me preguntó que si yo estaba haciendo la práctica profesional y le dije no. Me comentó que si quería hacerla con ellos y acepté de inmediato, no tenía nada que perder. Imagínate eso para mí fue lo máximo".

Rodríguez se fue con todos sus "Ñaca, ñaca" a Medcom en donde no causó "mello"; al contrario, terminó muy bien su práctica y el día que se iba, Estela le ofreció una vacante por tres meses, en donde empezaría ganando B/.500.00.

"Mira tú, yo en mi vida había ganado plata, era lo máximo; es más, pienso que si me hubiera dicho te pagamos sólo un dólar igual lo aceptaba". Desde entonces, trabajó en el canal, como reportero de calle, parecía un pulpito. Según él, le tocó el mejor periodo, durante las elecciones del 2004. "En el primer mes, hubo cinco incendios. Álvaro Alvarado me los tenía contados. Así empecé yo".

MOMENTOS DIFICILES

"Este chiquidrácula" a los únicos que ha llegado a espantar han sido a los medios. En distintas ocasiones se le ha subido el azúcar a niveles que no podríamos imaginar, por publicaciones que le han hecho. Pero, independientemente de esos malos ratos, su verdadero estrés es la diabetes.

Siempre fue sano, pero de un día para otro descubre que vivirá con un enemigo que lo acechará el resto de sus días. "Después del divorcio de mis padres, el diagnóstico de diabetes a los 25 años marcó mi mundo para siempre".

Fueron momentos trágicos. César estaba en México con todos los síntomas de diabetes, fue a la dermatóloga, y le mandó unos exámenes, pero nunca sospechó que él tuviera esa enfermedad. "Fui al hospital a realizarme los análisis un 29 de septiembre del 2006, la primera temporada de Bailando por un sueño. Tenía la azúcar en 300 y pico, me pusieron unos medicamentos y se disparó a 400. De allí fui trasladado al hospital en ambulancia". Justo allí le diagnosticaron la diabetes.

"No me dijeron que tenía un cáncer ni un SIDA, pero es una enfermedad que siempre me va a limitar, no puedo comer casi nada sin cuidar los niveles de azúcar. Eso fue un sábado y el lunes me tocaba entrar a Bailando por un sueño. Estuve hospitalizado viernes, sábado y domingo. El lunes entraba al programa y no quería que me quitaran esa oportunidad, porque no sabía cuándo me la iban a volver dar".

Salió bajo su riesgo y se vino manejando desde Chitré hasta Panamá para entrar a Bailando por un sueño. "Asimismo como tú veías a Bosco con los paramédicos, cada vez que se le bajaba el azúcar, a mí me pasaba lo mismo. Lo que pasa es que me comía un chocolate y disimulaba todo eso. El programa también me hizo olvidar la depresión que tenía y asumí que iba a vivir con esta enfermedad toda la vida".

LOS SUEñOS

Cree que su vida ha sido como una cadena, una tras otra y afortunadamente Dios ha puesto a su alrededor a gente muy buena que le han dado las oportunidades. "Siempre supe y todavía sigo insistiendo que quiero hacer lo que hago, amo esta carrera. En el camino tuve y sé que tendré cualquier cantidad de tropezones, pero quiero seguir mejorando".

Es optimisma y vaticina que de aquí a cincuenta años, un panameño se podría ganar un Óscar. "Mira, yo quiero llegar o tener la oportunidad, si es posible, de convertirme en el presentador más importante de la televisión en Panamá. Me gustaría llegar al nivel al que llegó Luis Eduardo Quiroz". También quisiera hacer cine, adoro la actuación y el teatro, quisiera explotarme más en ese campo; prepararme, he estado investigando en escuelas en Europa, y viajaré para pulirme más si es necesario, pero primero me quedaré un poco más aquí para que la gente cuando me vaya no me olvide", concluyó. Amigos, como pudieron leer, César Anel dejó de ser exclusivo para nosotros.

El intrépido presentador de farándula de Telemetro no es precisamente una monedita de oro que le cae bien a todo el mundo, pero su tenacidad ha calado tanto que en pocos años ha hecho su espacio en la televisión panameña. Ahora, sueña con convertirse en un actor internacional, y sabe que este reto se supera con mucho trabajo.





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