Fallas en la construcción de las bóvedas en el cementerio municipal de Santiago, como algunas filtraciones, han provocado que del camposanto emanen olores fétidos que afectan a los que viven en barriadas cercanas y los familiares que visitan sus difuntos.

César García, actual administrador del cementerio, dijo que el problema se trata de resolver, por lo que se toman los correctivos para que no sigan los fuertes olores en los alrededores.

Se logró conocer que las bóvedas fueron construidas bajo la administración anterior, mediante un proyecto de varios miles de dólares, el que ahora ha tenido serios problemas de filtraciones.