Quiere volver a su país


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Nivavilca es de la ciudad de Huancayo, ubicada en el centro de Perú.

Foto: JES? SIMMONS

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    Foto: JES? SIMMONS

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    Toda la mercancía le fue decomisada.

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    La moto que usa es alquilada.

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    Foto: JESÚS SIMMONS

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    La moto que usa es alquilada.

Jesús Simmons - DIAaDIA

“Siempre me va mal en la vida”. Aunque la esclavitud se abolió hace centurias, en pleno siglo XXI hay personas que por necesidad son esclavizadas por gente inescrupulosa.

Esto le sucedió al peruano Campines Nivavilca, de 33 años, quien llegó a Panamá hace cinco meses con la ilusión de una mejor vida; sin embargo, lo que encontró fueron largas jornadas de trabajo por una paga miserable.

Su hermano fue quien lo ayudó a venir a Panamá, con la promesa de que él y su esposa iban a ganar $25.00 diarios. Lamentablemente, eso no fue así, ya que trabajaba más de 12 horas diarias por $6.00, $10.00 y a veces $15.00.

Cuando se rebeló a seguir trabajando por tan poco dinero, su hermano lo echó de su casa, por lo que ahora vive en una cochera, frente al Estadio Juan Demóstenes Arosemena, ubicado en Curundú.

Todo esto lo reveló la semana pasada cuando fue detenido por la Policía Nacional en un operativo contra las recicladoras en Kuna Nega, por lo que pidió que lo deportaran a su país.

Su dolor y frustración eran tan grandes que delante de los uniformados empezó a llorar como un bebé: “la vida me ha golpeado muy duro y me sigue golpeando”, exclamaba.

Además de salir todos los días a la calle a vender chicha y empanadas, tenía que lavar las motos. Por si fuera poco, se tenía que levantar a las 2:00 a.m. a preparar los productos.

Este humilde peruano, quien tiene una bebé que nació en Panamá, lo único que desea es volver a su país, ya que nunca encontró el sueño que andaba buscando.

 
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