Las calles parecían ríos caudalosos

Una enorme piscina. En esto se convirtió la calle 54, San Francisco, tras los fuertes aguaceros que azotaron la ciudad capital, la tarde de ayer.

La escena parecía un documental de desastres naturales, sin embargo, era la realidad que vivían las personas que transitaban por el lugar, a eso de la 1:15 p.m.

Los trabajadores de las empresas ubicadas en esa calle salieron asombrados para ver cómo el agua subía.

Los conductores de los vehículos no sabían que vía tomar, otros por el caos del tranque se regresaban, y los más arriesgados intentaban cruzar el charco.

Josefina Hernández, quien vive en uno de los apartamentos cerca de la calle, dijo que es horrible porque cada vez que llueve se inunda.

Era tan grande la crecida, que los trabajadores de una veterinaria quedaron atrapados en sus oficinas, a la que le faltó poco para que se le metiera el agua.

Y es que el temporal causó que la mayoría de las calles de la ciudad capital se inundarán, lo que dificultaba el tránsito vehicular. Los conductores tenían que transitar a bajas velocidades para evitar quedar varados en medio de los charcos.