Hace más de cinco años, el distrito de Alanje enfrentó una difícil situación económica, producto del cierre de cinco de las trece fincas bananeras. Hoy, el alcalde Carlos Justavino considera que se enfrentan a un problema mayor, con la presencia del ácaro Spinki, que tiene a la zona al borde de una crisis.

Ahora los productores tienen que enfrentar los compromisos financieros que este año se han agravado por el ácaro, y en ese sentido, Justavino manifiesta que sería conveniente que el Gobierno pudiera brindar algún tipo de subsidios.

"Podemos decir que Alanje es una bomba de tiempo", sostiene la autoridad.