Kathyria Caicedo ¡Wuuuu...! "Este es el rock de mi pueblo, que se mete en mi cabeza, que me llega al pensamiento...", así se inició el gran show que Carlos Vives y La provincia (su conjunto), tenían preparado para sus fanáticos panameños. Les cuento que desde que el colombiano pisó el escenario, la adrenalina del sediento público comenzó a incrementarse, y no era para menos después del tiempo que tuvieron que esperar.
Pero, en fin, Carlos desprendió sabor, carisma, entrega y sensualidad con lo que logró echarse al público al bolsillo con temas como "Déjame entrar", "La tierra del olvido", "La princesa y el soldado", "Gota fría", "Voy a olvidarme de mí" y otras tantas.
Para que tengan una idea, el show tuvo una duración de dos horas, incluyendo el amague de que ya se iban, pues como siempre regresan con más. Esta vez, Vives, además regresar al escenario, también se cambió de vestuario, pues la camiseta de la "sele" fue su estandarte para despedirse con broche de oro. El reloj ya daba las 11: 45 p.m. y aunque Vives quería seguir cantando, su cuerpo y su garganta ya no podían más, ya que la energía que mostró fue tremenda.
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