Los propietarios del minisúper "El Mercadito N. 2", ubicado en Samaria, San Miguelito, manifestaron que a pesar de que también la falta de agua los afectó, en su casa y su negocio les fue bien, pues las botellas de agua se vendieron como pan caliente. Allí cada persona se llevaba hasta dos botellas de agua, igualmente las sodas y bebidas se agotaban en este establecimiento.

En cuanto al lavaauto Neydey, ubicado en Cerro Batea, propiedad de Óscar Campos, se estima que la falta de agua le hizo perder B/100, cantidad de dinero que se hace en el día. Este pequeño empresario se encuentra molesto, porque ayer llegaron al lugar muchos clientes a los que tuvo que dejar de atender porque no tenía agua suficiente. Pero no todo fue malo, ya que para el señor Ricardo Morales, quien tiene un puesto de venta de agua de pipa, las ventas aumentaron tanto que según él "podría dejar de trabajar por varios días, ya que las personas llegaban a pedir una pipa cada minuto. Este ciudadano exclamó: "¡Si el agua se fue no me ha hecho un daño, sino un bien!".