Llora inconsolable
Francisca no contuvo el llanto, al encontrar los restos de su hijo Makiel. Su hermano y compañeros la consolaban.

Rubén Polanco | DIAaDIA

"¡Hay!, mi bebé, mi bebé". Esas fueron las palabras de Francisca Reyes, quien al observar en medio de las siembras de arroz una pulserita que ella misma había hecho con el nombre de Makiel Rodríguez, confirmó que eran los restos de su bebé que estaba desaparecido.

Makiel era el único cadáver que no se había encontrado, luego de las inundaciones del pasado 17 de septiembre. Tras 20 días de ser arrastrado por las aguas cuando estaba en su casa en El Bajo de Nueva Esperanza, Pacora, su cuerpecito fue hallado en Los Arrozales de Felipillo, a más de 90 metros de la orilla de la vía Panamericana.

Francisca recibió la llamada de alerta después del mediodía de ayer, cuando estaba en su trabajo en el MOP, luego que a eso de las 11:30 a.m. de ayer, un campesino que realiza trabajos de fumigación notó que varios gallotes sobrevolaban el lugar.

Al acercarse, el trabajador encontró pedazos de los huesos de Makiel, esparcidos en medio de los herbazales en un área de 8 metros, junto a un vestidito del infante.

Francisca tuvo que ser atendida por personal de SINAPROC, luego de la dramática escena, pues se le subió la presión.

Amadid Castillo, otro de los trabajadores de Los Arrozales, dijo que cuando su compañero le notificó el hallazgo, se aproximó a ver y de inmediato llamó a la policía.

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