Luchan por darle lo mejor
La licuadora de su abuelita se dañó y ésta la ha emparchado con cinta adhesiva para que siga funcionando y poder cocinarle. (Foto: Alexander Santamaría / EPASA)

Denise Lara | DIAaDIA

Encontramos a Cesarín, recostado en su silla especial, refrescándose con su abanico.

Su tranquilidad nos impresionó, tomando en cuenta lo incómodo que es mantenerse en una misma posición por mucho tiempo. Él lo ha soportado en sus 12 años de vida. Llevaba así toda la mañana.

A los ocho días de nacido, Cesarín tuvo fiebre. Luzmila, su madre, lo llevó al hospital. Luego de unos análisis, se le diagnosticó hidrocefalia, enfermedad que se caracteriza por exceso de líquido cefalorraquídeo dentro de los ventrículos cerebrales, lo que aumenta la presión en el interior del cráneo, comprimiendo el cerebro e, incluso, causando lesiones severas.

Después del diagnóstico, Cesarín fue sometido a una operación para insertarle una válvula para que el líquido pudiera circular de forma correcta en su cerebro. Aunque la válvula evitó que las lesiones aumentaran, Cesarín nunca pudo hablar ni caminar, tuvo que permanecer siempre acostado. Por el poco movimiento, las muñecas, tobillos y rodillas comenzaron a deformarse.

El cuidado de Cesarín quedó en manos de su abuelita Genuaria, su mamá tenía que irse a trabajar.

SU ATENCION

Aunque tenía que asistir a terapias al Centro de Rehabilitación Integral (CRI), éstas fueron suspendidas porque como vive en el Sector 3, de Nueva Esperanza, de la 24 de Diciembre, le queda lejos y no contaban con los recursos económicos necesarios.

Como alternativa a sus deficiencias, Cesarín ha desarrollado excepcionalmente sus sentidos del tacto y el gusto. Ante una simple brisa o una caricia, el niño responde con gestos y sonidos. Igualmente con la comida, se ha convertido en el mejor catador de compotas. Su abuelita, a diario, le hace licuados de sus comidas favoritas, pues no puede comer alimentos sólidos. Se toma un litro de leche diariamente.

Dentro de las limitaciones, Cesarín vive feliz junto a su mamá, abuelita y hermanitos, quienes juegan con él; pero, a veces, la familia se las ve duras para poder suplir las necesidades de atención médica que el niño requiere y mantener al resto de los parientes.

ANTIDOTO

Cesarín toma tres medicamentos diferentes diarios, para evitar los ataques de epilepsia que sufre.

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