Las quejas eran evidentes. Además de pedir que se agilicen sus libertades, los reos solicitaban lo esencial: agua y luz.

La falta de estos servicios básicos provocó que los internos exigieran a gritos a las autoridades que les solucionaran los problemas.

Desde hace una semana, los reclusos del Centro Penitenciario La Joya se mantienen en una situación precaria.

Un colombiano, que se encuentra privado de libertad desde hace ocho meses por un caso de droga, aseguró que se sienten como si estuvieran en un barco a la deriva. Nadie les presta atención y hacen caso omiso a sus quejas.

Otros se quejaban porque, aunque fueron seleccionados para ser beneficiados con las libertades condicionales, se mantenían desesperados y con las ganas de salir pronto a sus hogares.

Para la próxima semana, las autoridades anunciaron que podrían darse estas libertades, una vez el Presidente las apruebe.

Se trata de 800 reos de todo el país que están en la espera de este beneficio.

Además, informaron que la propuesta de construir una cerca perimetral con electricidad, en La Joya y La Joyita, fue cambiada. Ahora se trata de una cerca con sensores de movimientos que evitará las fugas.

También, para el próximo año se espera iniciar con la licitación para la construcción de la ciudad penitenciaria, que albergará 5,550 privados de libertad.