
Bettina se encontraba muy optimista y con fe en Dios.
Jenny Acosta
Bettina se encontraba muy optimista y con fe en Dios.
Jenny Acosta
Bettina se encontraba muy optimista y con fe en Dios.
Jenny Acosta
Bettina se encontraba muy optimista y con fe en Dios.
Jenny Acosta
Bettina se encontraba muy optimista y con fe en Dios.
Jenny Acosta
Bettina se encontraba muy optimista y con fe en Dios.
Jenny Acosta
Bettina se encontraba muy optimista y con fe en Dios.
Jenny Acosta
Ayer, la presentadora venezolana Bettina García vivió uno de los momentos más importantes de su vida.
Se realizaban las elecciones para escoger a un nuevo presidente en su país de origen y desde muy tempranas horas, recibía en sus cuentas sociales decenas de mensajes de fraternidad, apoyo y cariño por parte de panameños.
Lamentablemente la “cascarosa” no pudo votar por situaciones adversas y eso la tenía “amargadísima” ,pero en cuerpo y alma deseaba que en su querida Venezuela se realizara un cambio.
“Han sido 14 años escuchándole mentiras al presidente Hugo Chávez. Hace un tiempo hablaba de socialismo y de unos días para acá, habla frente a los medios internacionales, de la democracia y libertad de expresión que según él existe en Venezuela. Un discurso de doble moral”, confiesa García con seguridad.
Un aspecto donde está la presentadora satisfecha es que independientemente de los resultados de las elecciones, el pueblo venezolano “ha demostrado que quiere un cambio”.
Un proceso largo
La familia de Bettina sí logró ejercer el voto, a pesar de las largas filas que debieron formar para inscribirse.
Henrique Capriles es el principal adversario del actual presidente bolivariano y para García es una “persona muy valiente” que a pesar de que estuvo preso y, no se le comprobó nada, “no salió huyendo como otros. Su fuerza y voluntad es de admirar”.
Hasta el cierre de esta nota, aún no sabíamos los resultados de las elecciones, pero le preguntamos a la venezolana si cabría la posibilidad de volver a vivir a su país si Capriles ganaba. “Tengo mi vida hecha aquí. Pero todavía tengo familiares allá, mi casa. Y si mis futuros hijos quisieran estudiar allá, estaría contenta de que lo hicieran con libertad”, finaliza con regocijo la joven, una panameña más.