"Mi hija y yo volvimos a nacer y le doy gracias a Dios por su bendición", fueron las palabras de Inés Santoya, quien era una de las pasajeras que iba a bordo de la nave ATR HP-004 APP de Aeroperlas, que se dirigía hacia Bocas del Toro, y registró una falla en uno de sus motores. Esto sucedió ayer en la mañana en el Aeropuerto Marcos A. Gelabert, en Albrook.

Cuando estaban en el aire, ella sintió que su hija la abrazó fuertemente, y al oído le dijo que el avión se estaba prendiendo. Al mirar por la ventana, vio las llamas en el motor de la derecha, pero en ningún momento se desesperó, pues pensó que en estos casos hay que aferrarse a Dios. Ya serena, doña Inés contó que la nave estuvo 15 minutos en el aire y las 43 personas que iban a bordo se miraban unos a otros buscando una respuesta. Otros lloraban y hasta pedían ayuda al personal de la nave.

Cuando el avión descendió, las personas salieron de la nave y fueron trasladadas a la sala de espera, en donde hacían llamadas y comentaban la mala experiencia vivida. Algunos no desistieron de viajar. Cuando DIAaDIA se acercó a entrevistar a Inés, ella estaba en la sala de espera leyendo una Biblia, pues tenía que esperar unas horas para salir. Ella había venido a la ciudad capital desde Bocas del Toro para una cita en el Instituto Oncológico Nacional y quería retornar a su casa. Por su parte, la empresa Aeroperlas manifestó, en un comunicado de prensa, que siguieron con los reglamentos establecidos en caso de emergencia. La Autoridad de Aeronáutica Civil destinó un grupo de inspectores para realizar la investigación de este incidente y determinar cuál fue la causa del percance en el motor del avión.