Experimenta la maravilla de haber nacido y de crecer, y haz que cada d�a, cada hora, cada momento sean nuevos para ti.
S� consciente de los l�mites de tu oficio de ser persona. Ac�ptate como eres, pero sue�a con lo que puedes ser y trabaja para llegar a serio.
Evita en tu vida las contradicciones. S� sincero y transparente. Y, sobre todo, s� libre: obra con la libertad de los hijos de Dios, esa de quienes no tienen nada que perder ni nada que ganar y, a la vez, todo que hacer.
Comparte cuanto tienes con los hermanos: regala tu tiempo y tu alegr�a, contagia tu ilusi�n y tu esperanza, siembra siempre el buen humor.
No envidies la suerte de nadie ni te dejes corroer por la envidia. T�, en cambio, s� generoso y desprendido en ideas, acci�n y coraz�n. Conserva tu capacidad de asombro ante todo lo creado. Vive cada nuevo d�a como si fuera el primero, como si fuera el �nico, como si fuera el �ltimo.
Da gracias a Dios todos los d�as de tu vida y, cuando llegue la noche, haz examen de conciencia: mira lo bueno que has hecho, felic�tate por ello y siembra m�s amor para que nazca nuevo con el sol.