
Aquí, cuando se hacían las investigaciones.
Aquí, cuando se hacían las investigaciones.
Aquí, cuando se hacían las investigaciones.
Familiares de Herrera estaban destrozados.
Núñez se crió en Chepo, pero hace unos años se fue junto a su madre hacia San Martín de Pacora.Foto: ALEXANDER SANTAMARÍA
Aquí, cuando se hacían las investigaciones.
Familiares de Herrera estaban destrozados.
Núñez se crió en Chepo, pero hace unos años se fue junto a su madre hacia San Martín de Pacora.Foto: ALEXANDER SANTAMARÍA
Aquí, cuando se hacían las investigaciones.
Familiares de Herrera estaban destrozados.
Núñez se crió en Chepo, pero hace unos años se fue junto a su madre hacia San Martín de Pacora.Foto: ALEXANDER SANTAMARÍA
Aquí, cuando se hacían las investigaciones.
Familiares de Herrera estaban destrozados.
Núñez se crió en Chepo, pero hace unos años se fue junto a su madre hacia San Martín de Pacora.Foto: ALEXANDER SANTAMARÍA
Aquí, cuando se hacían las investigaciones.
Familiares de Herrera estaban destrozados.
Núñez se crió en Chepo, pero hace unos años se fue junto a su madre hacia San Martín de Pacora.Foto: ALEXANDER SANTAMARÍA
Él trataba de buscar respuestas a la cantidad de preguntas que pasaban por su mente. Y es que seis hombres que bebían en una parrillada en La Mesa de San Martín, entre estos su hijo, provocaron un mal entendido entre ellos, en el que salieron a relucir armas blancas, que al final provocaron dos muertes.
El primero en caer fue Miguel Herrera, de 24 años, quien resultó herido supuestamente por Luis Antonio Núñez Rodríguez, de 26. El resto de los amigos, al observar la situación, le propinaron varias puñaladas a Núñez, quien cayó al piso y falleció junto a Herrera.
La situación despertó a los residentes, quienes no podía creer lo ocurrido. Toda la sala del lugar quedó bañada en sangre, y en el piso se notaban las huellas de los diferentes calzados al momento de la agresión.
Los otros homicidas intentaron escapar en dos vehículos que estaban estacionados en la parte de afuera, pero los presentes impidieron su huida.
Dentro de uno de los vehículos dejaron un cuchillo cuya navaja estaba retorcida de la cantidad de veces que fue utilizada. En la madrugada, los familiares de Herrera llegaron al lugar y no podían creer lo ocurrido.
Ayer, al llegar nuevamente a la parrillada, estaban miembros de la familia de Núñez, sentados, cabizbajos. Mientras, don Jacinto manifestó que fue a las 2:00 a.m. cuando, a través de la algarabía de los moradores, se enteró del incidente, y al averiguar comprobó que una de las víctimas era su hijo. “Él era albañil y plomero, y siempre me decía que quería echar para adelante por medio del trabajo”, expresó con dolor.