La luz roja que indica peligro se enciende. La tensión aumenta, y Joe Torre, piloto de los Yanquis de Nueva York, ni se inmuta. Una señal del "coach" de lanzadores, Mel Stottlemyre, le comunica que todo está listo y rápidamente Torre se levanta de la banca y le pide tiempo al árbitro jefe. Esto es indicativo de una sola cosa: a la loma viene el panameño Mariano Rivera.
Y es que el istmeño, a lo largo de ocho años se ha convertido en el hombre de confianza de Torre, cuando hay momentos de peligro en las partes finales de un partido para los Yanquis.
Si hablamos de playoff, desde que Rivera tomó el puesto del norteamericano John Wettland (1997), Torre lo manda al "potro indomable" desde el octavo episodio, para no permitirle ningún tipo de libertades a los equipos contrarios.
CONTRA LOS MELLIZOS
En esta temporada, esta acción no ha sido la excepción en los playoff contra los Mellizos de Minnesota.
En la primera apertura (6 de octubre), al "Mo" no le fue muy bien, ya que salió a lanzar en el octavo tramo, con los Yanquis 5-3 arriba, y al final le empataron el juego.
El traspié no resultó tan costoso, porque los Yanquis terminaron ganando 7-6 en 12 entradas.
Pero Rivera tendría su venganza tarde o temprano, y así le llegó.
El viernes, con una ventaja de 8-2 y con las bases llenas, Rivera trabajó el noveno episodio completo, sacando tres outs consecutivos para aniquilar al enemigo. No fue una situación de salvamento para el orgullo de Puerto Caimito.
Al día siguiente Rivera liquidó el noveno y el décimo de 1-2-3, para anotarse la victoria y darle la clasificación a los Yanquis para disputar el título de la Liga Americana.
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