Buhonero de corazón. Su primera experiencia como buhonero la tuvo cerca del almacén la Villa de Caracas, en la Bajada de Salsipuedes.
De eso ya hace más de 45 años, y Cristóbal aún sigue en el negocio de la buhonería, pero ahora en La Peatonal. Allí, vende gorras de varios estilos para hombres y mujeres, moños, pañuelos, correas y de todo lo que pueda conseguir para ofrecer a sus clientes.
Como este mes se celebra la fiesta del Cristo Negro de Portobelo, ya tiene a la venta los característicos cordones, a un costo de B/. 5.00 el más caro, ya que hay más baratos.
Todos los días, este incansable trabajador llega a La Peatonal a eso de las 8: 00 de la mañana, arregla toda la mercancía y luego trabaja hasta las seis de la tarde.
No teme a la competencia, porque piensa que allí nadie es un estorbo para nadie, pues como están un poco separados, cada quien tiene sus propios clientes.
Cristóbal es padre de 12 hijos, y se siente muy orgulloso, ya que con ese trabajo ha logrado que todos se gradúen. El más joven tiene 19 años y ya está estudiando una carrera universitaria.
"Eduqué a mis hijos, porque no hay legado más bello que un padre le pueda dejar a un hijo", dijo Cristóbal, al tiempo que recomendaba a la juventud aprovechar todo lo que respecta en educación.
VARIEDAD
Entre los artículos que vende Cristóbal, también hay pañuelos decorados para todos los gustos.
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