Carlos Atencio Atencio, Enviado Especial
| Costa Rica, DIAaDIA
Así como los panameños trabajaron como hormigas, los ticos también hicieron lo mismo, pero tenemos que aceptar que la hormiguita que más sobresalió en nuestro hermano país fue José Luis Castillo, un ingeniero de Mantenimiento que tuvo que dejar de trabajar para acompañar a su hija durante este largo recorrido, que espera repetir en dos años, cuando su otra hija, Carolina, cumpla los 17 años y regrese a Panamá para audicionar en Latin American Idol. Así es, nos referimos al padre de María José.
Con los ojos semicerrados por el sueño, este ingeniero, que poco conocía de música, recuerda cómo empezó todo. La aventura se inició cuando viajaba con su hija a las audiciones a Panamá en autobús. Por ello cambió dos días de trabajo para poder viajar con otros chicos que habían ganado la oportunidad gracias a un concurso de radio. María José era parte de estos ganadores.
Tal como lo enseñan en las carreras de ingeniería, siempre se tiene que tener planes alternativos. "Si María se hubiera quedado muy atrás, nosotros la hubiéramos acompañado nuevamente a audicionar, al igual que haremos con Carolina, de 15 años, cuando tenga 17, y con la otra que tiene 11; pero el haber llegado hasta este punto, ya ella termina aquí", dijo el padre.
Con este sueño de "María", que regresa este lunes en la mañana a Costa Rica, conoció Panamá y Argentina. En el último país vivió en el mismo cuarto con el padre de Margarita, Juancín y con Flavio, el padre de Francisca, porque las tres chicas eran menores de edad, hasta el mes de agosto, cuando María cumplió 18. Cuando eso sucedió, regresó a su país.
PREFIRIO QUEDARSE
Hizo un paréntesis y nos explicó: "No es que quiero estar aquí, el trabajo es intenso y creíamos que era mejor para ella que yo me quedara, aunque ella quería que yo estuviera allá. Por los asuntos de organización preferí quedarme".
Una de las cosas que recuerda el papá de María es que cuando viajó a Argentina para los "worsshok", se encontró con Juancín que acompañaba a Margarita, y con Flavio que hacía lo mismo con Francisca. Además de recorrer la ciudad de Buenos Aires, estos tres padres hicieron un pacto con el talento de sus hijas. La que ganara la final, invitaría a su país a las otras dos familias.
"Margarita tiene muchos recursos artísticos, de ser ella la ganadora quedamos muy contentos, porque el título queda en excelentes manos", dijo el padre de María horas antes de la final.
Sobre el futuro de María, José Luis dijo que ser finalista le abre puertas para abandonar el país, porque desgraciadamente en Costa Rica la carrera musical no tiene mucho impulso. "La gente que triunfa tiene que salir", sentenció.
MARIA JOSE QUIERE SER ODONTOLOGA
Antes de entrar al programa inició los estudios de Inglés, pero lo que le gusta es la Odontología. Para suerte de ella, la noche del miércoles, mientras pasaban el programa, una universidad privada ofreció una beca cien por ciento para esta carrera. Pero ésta no es la única, hace un mes otra universidad propuso lo mismo al padre. Será María la que decida cuál escoger.
DE NIñA A MUJER EN POCOS MESES
"La niña que llevé a Argentina ya no está, ha nacido la mujer madura que vimos hace días cuando vino para las grabaciones. A pesar de no tener experiencia en la música, todo lo que sabe hoy lo ha aprendido allá. Las afirmaciones de Mimí en uno de los programas le cambiaron el rumbo a María. Las palabras calaron muy fuerte. Sola ha tenido que enfrentarse a los primeros comentarios negativos de los jurados".
Algo muy curioso con lo que cerramos la conversación con el padre de María José, fue contándonos que cuando compartió cuarto con Juancín escuchó mucho acordeón. "Me tenía loco, a toda hora era ese acordeón, y no suficiente con esto, cuando salíamos de paseo, pasábamos frente a una tienda y nos hacía detener para decirnos: qué acordeón más bonito". ¡Jo! ¡Vaya recuerdos!