Tengo que admitir que soy una novata en esto del periodismo, carrera que me ha apasionado desde la niñez. Por ende, estoy consciente de que en el camino por convertirme en una gran comunicadora social es posible que cometa errores y me encuentre con muchas piedras que pueden hacer que dude por un instante de la decisión que tomé de estudiar esta carrera.
Dicho esto, manifiesto mi completa solidaridad con aquellos periodistas que creen que han sido juzgados injustamente. De seguro que ellos han tratado de cumplir a cabalidad el objetivo primordial de dicho ejercicio: INFORMAR. Los comunicadores tienen derecho al acceso a la información, igual que la población a ser informada de todo lo que acontece en su alrededor que, para dolor de muchos, puede que no sea del todo buena.
Para los periodistas, las noticias deben ser objetivas e imparciales. Es eso lo que se merece la ciudadanía.
Nuestra misión es la de comunicar e investigar hechos, tanto buenos como malos, e informarlos a sus audiencias. El departamento de relaciones públicas de cada entidad es el encargado de hablar o dar a conocer las cosas positivas del Gobierno, además de mantener una imagen positiva.
La verdad no tiene rostro, color de piel, etnia ni mucho menos estatus social.
Cada quien es responsable de sus propios actos, ya sean intencionados o no.
Por ende, si una persona "de gran renombre" no quiere que se den a conocer los actos irregulares, es mejor que no cometa errores y trabaje con transparencia..
Agradezco a aquellos profesores y colegas que diariamente nos aconsejan y nos guían para tener una emprendedora carrera, que no se limite a publicar noticias. Mantengamos firmes nuestras convicciones de no dejarnos silenciar por nada ni nadie.