Así camina el PIRA
Lucía Cruz cuando la vida le sonreía. En la foto, se aprecia cuando celebraba sus 70 años.

Evidelia Velásquez | DIAaDIA

La incertidumbre la tiene llena de dolor. Mireya Sevillano es una hija que no puede entender por qué su madre Lucía Cruz, una mujer tan fuerte y sana, murió de forma tan dolorosa.

CRONICA DEL SINDROME DE PIRA

Mireya contó DIAaDIA cuánto sufrió su madre Lucía Cruz a causa del PIRA, hasta que falleció el día tres de octubre.

Según Mireya, los males de su madre comenzaron después de dos semanas de estar tomando Lisinopril Normom y el diurético Furosemida, medicamentos que recibió en la Caja de Seguro Social, en reemplazo del Verapamilo y el Diuristen. Además, se tomó el frasco completo de Guayacolato de Gliceril o, sin azúcar, recetado por su médico en la policlínica Manuel María Valdés de San Miguelito.

Ella sólo sufría de los riñones a causa de la presión alta, pero ya tenía 10 años de estar controlando este mal y nunca le había dado problemas, no sufría de nada más.

Día 1: Todo comenzó a primeras horas del martes 19 de septiembre. Iba para el trabajo cuando miró a su mamá y notó que tenía algo, le preguntó si se sentía mal, ella le contestó que no había orinado en toda la noche. Le dolía un poco la cabeza y estaba muy angustiada.

Ese mismo día, a las once de la mañana, la llevó al San Miguel Arcángel, pues a esa hora aún no había logrado orinar. En este centro le practicaron exámenes de orina, que revelaron que tenía la creatinina en 6, lo que significaba que había problemas en los riñones, por lo que la enviaron a la Caja de Seguro Social.

Día 2: Lucía fue hospitalizada en cuidados intensivos.

Día 3: Le hicieron la primera diálisis. A partir de ese momento, el deterioro de Lucía fue en aumento, aseguró Mireya, su hija.

Este tratamiento le fue practicado durante los 15 días que permaneció en el hospital.

El día 13, dos días antes de su fallecimiento, Lucía le dijo a su hija: "Yo me siento tan mal, me estoy quemando por dentro hija, tengo ganas de tirarme por la ventana para terminar con este dolor". Mireya recuerda que se asustó, ya que su madre era una mujer muy fuerte, lo que significaba que el dolor que sentía era insoportable, lo que la desesperaba.

Para el día 14, Lucía no sentía sus piernas, sus pulmones se llenaron de agua. Tenía un respirador artificial, pero nunca perdió el conocimiento y el cuerpo lo tenía hinchado por completo. "Cuando le hablábamos, siempre movía la cabeza para asentir que nos entendía y escuchaba", dijo Mireya.

Mireya contó con dolor que el sufrimiento que su madre pasó fue horrible, y sólo pide a las autoridades que le digan qué le pasó a su madre.

GUAYACOLATO DE GLICERILO

Posee propiedades expectorantes (facilita la eliminación del moco y modifica la tos improductiva y seca, en tos productiva y menos frecuente), utilizándose en el tratamiento de la tos.

Puede producir molestias gastrointestinales (náuseas, vómitos, gastralgia) y somnolencia, especialmente a dosis muy elevadas.

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