No hay que descuidar los puentes vehiculares. En este caso la manita de gato la necesita el puente de El Parador (entrada de Pedregal), que además de una apretadita de tornillos requiere limpieza en las cunetas que están debajo, que son criaderos de mosquitos y allí se estanca el agua hasta quedar verde. A las autoridades de Salud que se den una vueltecita para que vean qué es lo que sucede.

Y a las del Ministerio de Obras Públicas que se apersonen para que reparen las láminas de acero que están en las vías de retorno, porque se han deteriorado a tal punto que sólo quedan sus restos. ¡Ojo! Que no los tomen por sorpresa.